[IsladeMalta]

Querido Hermano Rom,

Como bien sabes, durante este largo período de introspección espiritual, al que llamas con perspicacia "autismo tabernario", fui a regenerar mi alma con la Orden Cosmotológica de la Radiante Fuente Solar.

Allí, rodeada de todos mis Hermanos y Hermanas Planetarios, llevé una existencia dulce y placentera a base de retiro, oración y ayuno, y constaté maravillada que, a medida que menguaba mi cuenta bancaria, crecía con la misma proporción el brillo de mi Luz interior.

Cuando sufríamos alguna dolencia, nuestro Serenísimo Maestro, el muy Venerable Ti' Mhô, nos solía recetar más retiro, más plegarias y más ayuno. Desafortunadamente y, a pesar de mi incuestionable fervor, aquel régimen no me curó de un violento dolor de muelas, y mis apiadados Hermanos tuvieron que bajarme al dentista del pueblo a lomo de rupio.

Guardo de esta experiencia un recuerdo mitigado y hoy, de vuelta al mundo, siento que he dejado de confiar ciegamente en la medicina contemplativa cuyas limitaciones experimenté en la carne de mis propias encías, para preferirle los tratamientos más expeditivos tal vez, pero mucho más eficientes de la medicina clásica.

Por lo tanto, como sigo creyendo en el crecimiento individual dentro de lo colectivo y en los beneficios de las terapias de grupo, puedes considerarme ya apuntada al próximo curso de Primeros Auxilios en la Mar.

Gracias de antemano por acogerme en el sino de vuestra Comunidad, queridos Hermanos.

Namasté a todos.