Se siente tan reconfortado por vuestros mensajes que me ha prometido que si mañana baja a Sevilla, pasará por mi trabajo para tomar café, estais obrando un milagro (parecido al que he hecho yo con su moto).
Nereeeee, guapa, los abrazos y los besos se los doy de palabra, pero seguro que él os está leyendo.

