Tabernerooooo! una ronda de patxaran para los cofrades
Ahí va un relatillo
Tras el cheking de rigor del cata (un lagoon 380), el día 27/6/2008 las 22:30 salimos del puerto de S’Arenal, ya de noche a buscar una de las boyas que el gobierno balear ha puesto para la protección de la poisidonia en Cala Blava; enseguida encontramos una y allí nos quedamos dispuestos a disfrutar de una noche oscura, tranquila y placentera: al fondo toda la bahía de Palma, con sus luces, su bullicio…
Bahía de Palma desde Cala Blava
El cata
Al día siguiente, a primera hora de la mañana, el mar como un plato, el sol iluminando con todo su esplendor la costa, el agua transparente que te invita al baño: pero qué maravilla!. Desayunar, más baños y enseguida nos ponemos rumbo a Cabrera, con una mar llana y viento del oeste 6-10 nudos; el cata a 4-6 nudos, va como la seda. Al de unas pocas horas ya se distinguen conejera, isla redonda, Horadada… y Cabrera presentando su Castillo. Baño en cala Burri y vuelta a ver cueva Blava: mientras estábamos allí, ahí que entra la proa de un tractor francés (creo que hasta rozó con la antena de VHF) haciéndonos gestos para que nos apartásemos!!! Chillan un poco los niños del yate para oir el eco en la cueva y se van dejando el olor de su motorazo en la cueva……..
Recalamos en el puerto de Cabrera y amarramos en una de las boyas; paseo por el castillo, fotos del atardecer en Cabrera (un auténtico regalo para la retina, apagada y todavía inverando a consecuencia de la meteorología que hemos tenido en el Norte hasta ahora) y unas birritas en la Cantina. Allí ya estaban preparando la cena de la kedada tabernaria (saludos embat). La noche en Cabrera sobervia, las osas, … la vía lactea (qué pequeños somos)
Plotter hacia Cabrera
Atardecer en Cabrera
Puerto de Cabrera
Al día siguiente el bañito de rigor matutino, desayuno abundante y ála… hacia cala Pi. La mar sigue como un plato y el viento del Oeste poco a poco va a más empujándonos cada vez más rápido. Llegamos a Cala Pi pero es imposible el fondeo por la cantidad de barcos que están (y además con el pedazo de cata que llevamos, ni pensarlo) así que nos vamos hasta la playa de la Rápita, preciosa, un azul turquesa impresionante, fondeamos, comemos algo ligero y siestita que es muy sano y el cuerpo agradece. A eso de las 6 de la tarde atracamos en el muelle de espera de puerto de la Rápita (ya teníamos reservado con antelación, porque si nó, el cata no entra): 85 € y puerto muy majo con los marineros atentos (sobre todo al ver una tripulación novata) y todos los servicios: tienda de comestibles, tienda de productos navales, duchas, pizzería… Qué bien sienta una duchita con jabón y una afeitadita: te ves hasta guapo. Cena en el chiringuito de la playa viendo el atardecer (es el chiringuito de la playa donde no se está mal pero la comida deja que desear y un poco caro: la camarera checa muy seimpática) el sol iluminando la costa oeste de las islas de cabrera como diciendo: aquí me has tenido un día más. El atardecer en esa playa no tiene precio. El segundo tiempo de la final de la Eurocopa: bonito partido, sin más.
Playa de la Rápita
En el puerto de la Rápita
Tercer día, el cata reluciente, con los depósitos llenitos y alguna cervecita y vermouth más a bordo, ponemos rumbo a punta salinas para navegar por la costa este de Mallorca. Hasta punta Salinas vamos en ceñida (50º-60º aprox, algo más que con un monocasco) en varios bordos con viento de 6-8 nudos del sureste. En una de estas a la almiranta que se le cae el aparejo de cacea y vuelta a cogerlo, con la genova acuartelada conseguimos recoger el aparejo pero con tan mala suerte que el naylon se enreda en la helice de estribor. Media horita con el cata al pairo para desenganchar el dichoso naylon (y además para lo poquito que nos sirvieron los aparejos, porque no pescamos nada); punta salinas es un espectáculo. Y punto. Su azul turquesa rodeando el cabo su pequeña pendiente hasta llegar a una zona de coniferas, el faro… Es para quedarse embobado. Pero qué bonito!. A partir de ahí el viento arrecia con puntas de 22 nudos. Para entonces con un rizo en la mayor aunque las recomendaciones del lagoon 380 indican de tomar el primer rizo con 25 nudos, con 30 plegar parte de la génova… Cuidadito con la roca sumergida, no se si es la que está cerca de Cala S’Almonia o el bajo de ses Orelletes, nosotros la pasamos muy cerquita y poniendo el motor por si acaso. Después Cala Santany a comer vermoucito. A eso de las 20:15 horas llegamos a puerto petro donde había boyas de sobra para pasar la noche. Porto petro es como si derrepente te ponen en una acuarela de un paisaje maravilloso; mires a donde mires es un placer para la vista, para el oido y para sentir la tranquilidad, la paz, el sosiego. Bañito, cenita en el cata, una buena tertulia, un poco de bailis y patxarán
. Qué más se puede pedir. Creo de nuevo, que los sentidos se revitalizan.
Una almiranta y Punta Salinas
Así cualquiera...
Al día siguiente, 1/7/2008, con viento sur de 6 nudos y el cata a 4,7 seguimos hacia el nordeste, muy cerquita de la costa, preciosa, vertical, con infinidad de cuevas (en cova grande buceamos) y calas. Es curioso ver como van apareciendo mastiles de veleros detrás de la roca en lo que luego te das cuenta que es una cala que se introduce a bastantes metros tierra adentro: cala mitjana, cala bragi, cala estrecha… cala Virgili es espectacular. Al final del día fondeamos en cala Morlanda y a pasar la noche. Una noche tranquila aunque el estar fondeado hace que de vez en cuando te levantes, mires a ver cómo tienes el fondeo pero también te permite contemplar el espectáculo del amanecer en el mar. Otra vez lo de los sentidos…
Puerto Petro
Palos detrás de las rocas
Al día siguiente nos dirigimos de nuevo hacia el sur para ver alguna otra cala de por allí. Recalamos en cala Barcas, preciosa, al sokaire del sureste. Se nos ocurrió que como no teníamos seguro si amarraríamos esa noche en el puerto de Cala Ratjada, estaría bien llenar los depósitos de agua, que ya escaseaba por lo que entramos al puerto de porto Cristo. Parece mentira que sea un puerto natural y no un diseño de algún diseñador moderno con rocas y paredes artificiales. Llegamos y atracamos con la mirada impasible del marinero del puerto que se limita a pasar la estatxa del muerto sin mover un dedo más (menos mal que nos ayudó el patrón del barco de al lado) llenamos los tanques de agua (5€) y al ir a salir del puesto de atraque ahí que se engancha una estatxa de un muerto en la hélice de estribor (otra vez la de estribor pero esta vez un cabo) mientras la mirada del marinero seguía impasible; por fortuna paramos enseguida la máquina y con un chapuzón solucionado el tema; ya libres de ataduras, ahora enganchamos otra estatxa, esta ven en el casco de babor aunque no en la hélice sino en la pequeña orza que lleva el cata en la mitad del casco. Otro chapuzón y listo. Mientras tanto éramos el centro del puerto: hasta fotos nos sacaban. Salimos por fin, y ahora sí libres de ataduras, y a la almiranta que se le cae una sandalia por la popa: ya compraremos otras, cariño, pero si damos la vuelta aquí para coger la sandalia con el bichero no quiero ni contarte la espectación. Al final todo queda en un poco de adrenalina, de esa que casi sobra en el curro (ya para ahora olvidada del todo) y las risas de rigor
. Seguimos hacia el norte hasta el puerto de Cala Ratjada, donde nos dejan pasar la noche en el muelle de la gasolinera con la condición de dejar el sitio para las nueve: 55€. Cenamos en la “cafetería-pizzería Negresco” un sitio muy recomendable por muy buena relación calidad-precio y porque los dos camareros son la mar de simpáticos. Está en el mismo puerto de cala Ratjada
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