Por lo comentado y no desmentido (me refiero a reincidencia), habrá que guardar distancia del barco que vaya a patronear este patrón (y con bandera de protesta y la bocina de niebla siempre a mano).
No se trata de juzgar, ni mucho menos, a nadie (para eso están los jueces de la regata). Su nombre y su cargo no importan. Dejémoslo en que fue un patrón anónimo en un barco anónimo. Pero la falta de interés por la tripulación y el barco a quién se ha abordado -por supuesto que sin intención, faltaría más- no es una actitud propia de los que nos consideramos gente de mar. Pensemos que el asunto es grave. Un abordaje puede suponer una desgracia.
