Originalmente publicado por Capitán Barceló
Cofrade Polen.
Es curioso, pero hace nada he tenido una discusión como la que propones. Por eso me animo a participar en tu hilo, con tu permiso.
Sin entrar en teorías, que quien más quien menos tiene la suya, la experiencia, que dicen que es la madre de la ciencia, es la siguiente:
Doce días navegando en un espacio reducido una pareja amante del mar de toda la vida, los veleros, las puestas de sol, dar de comer a los peces, bañarse desnudos y un sin fin de caramelo y almíbar náuticos.
1ª Fase. Nervios y mal humor. Se duerme mal, hace mal tiempo, es incómodo, se rompen cosas, se pierden cosas, un solo inodoro... y ella quiere ir despacito y sin escorar y él quiere correr y correr y forzar el barco, y ganar un nudo más, y todo el trapo arriba... Duración: de 2 a 3 días.
2ª Fase. Negociación, aceptación y acuerdos. Cada uno cede un poco. Sí, sí, hay cesiones y concesiones.No hay tanta prisa ni hay porqué ir al límite. Es cierto que se duerme mal, el barco se mueve mucho, nos mojamos cuando no queremos, las cenas se preparan en una cocina de un solo fuego. Todo se acepta de buen grado. Bueno, son vacaciones y recuperamos la concordia de un verano azul, muy azul. A fin de cuentas los avatares de la vida son neutrales, lo que cuenta es cómo los asumimos y afrontamos. Duración: de 6 a 7 días.
3ª Fase. Amor, mucho amor, nostalgia y ganas de volver. Llega un momento en que podríamos estar navegando durante un año entero. El cuerpo se ha acostumbrado a las incomodidades, el físico está a tope (salvo el tren inferior que casi no trabaja) con tres o cuatro quilos menos donde no hacían falta, sueños cada vez más reparadores, nueva perspectiva vital, más sonrisas, más amor y mejor disposición y ánimo para resolver los contratiempos que se presentan. Tus máximas preocupaciones en esta, tu nueva vida son las previsiones meteorológicas o las zonas más o menos arenosas donde fondear. No hay más, no hay nada más excepto navegar y continuar un viaje sin rumbo y sin horarios. Es fantástico, la desconexión total con la cotidianidad y la monotonía... Amas a tu pareja y tu pareja de ama a tí, dentro de unos días encargaréis un hijo o dos, luego cruzaremos el canal de Suez y seguiremos hasta donde Alberto Vázquez-Figueroa perdió al Vikingo, su barco, en el Océano Indico... Tal vez nos encontremos con sus restos si buceamos un poco junto a esos cocoteros...
Duración: 3 días (los mejores)
Pero... alguien echa de menos lo que quedó en tierra y hay que volver. ¿Volver? ¿Quéeeee? ¿Cómo, ahora? ¡Yo no quiero! piensas en silencio, poniendo buena cara y mostrando tu conformidad dando a entender que es verdad, que ya iba siendo hora y que esto está empezando a ser un poco cansado, un poco rollo. Hay que volver y se acabó. Es otro contratiempo en tu vida, no es ni bueno ni malo en sí mismo. Es lo que hay y hay que manejarlo con tacto. En definitiva, hay que ceder.
Querida cofrade Polen.
Hay quien te conoce con barco y le chifla la idea porque eres guay, porque queda muy auténtico y tal, pero finalmente, y con honrosas excepciones, existe el sacrificio, a pesar de que mi hermano Bandit sostenga lo contrario. Y creo que no podemos forzar a quien no comparte completamente nuestra afición a que pase por ese tubo.
Con respeto y paciencia todo se puede conseguir. Sin eso, imposible.
¡Qué interesante es este chico! Es un regatista encantador, sale casi cada fin de semana y siempre vuelve cansado, bronceado y con ganas de compartir sus experiencias...
¿Qué otra vez de regata? Vale, pues ya haré yo mi vida. No sé qué pasa, siempre que te digo para quedar con mi madre o mis amigos tienes que salir a navegar. Ya eres mayorcito para estar todo el día dale que te pego, ¿no?...
¿A alguien le resulta familiar? Como decía el título de esa obra de teatro: "Cariño eres perfecto... (Ya te cambiaré)"
PD. Tengo varios matrimonios amigos más o menos de mi edad con años de convivencia a sus espaldas. El 100% de los varones reconocen ceder contínuamente. Y el 100% de las chicas lo mismo. No entiendo la cesión como renuncia. Hay que ser práctico y analizar la situación con perspectiva. Y en lo referente al tema que nos ocupa, lo malo de los que tenemos barco es que tendemos a tener remordimientos si no salimos cada fin de semana. Hay que desdramatizar y tomárselo con calma. Es preferible salir con tu chica cuando ella acepta inmediatamente o incluso te lo propone, a insistir pesadamente.
|