Re: Parejas con aficiones opuestas ¿libertad o coacción?
Hola, Polen.
Pues yo lo tengo muy claro, a ver si soy capaz de explicarlo, porque es un tema difícil y delicado y puede entenderse mal. Además, lo que voy a exponer es una opinión estrictamente personal, que será tan válida para mí como para otros la suya propia.
Después de unos añitos a cuestas y de unas cuantas hostias bien dadas en el terreno sentimental, he aprendido algunas cosas, que trataré de explicar.
Hay algunas cosas en la vida que son irrenunciables, y una de ellas es el espacio personal, que se suele llamar. Y esto, para mí, es básico en una relación de pareja. Lo que quiero decir es que no se puede vivir perpetuamente en una íntima unión física y espiritual con tu pareja, ni mantener una relación de exclusividad total, porque ello te hace renunciar a otras vivencias, experiencias, sentimientos, penas y alegrías que te enriquecen como persona. Y si tú no creces y te desarrollas interior e individualmente como persona, llega un momento en que no tienes nada que aportar a la pareja, y además te sientes frustrada, oprimida, triste... y en esas condiciones ni puedes hacer feliz al otro ni, por supuesto, ser feliz tú misma. Y lo mismo a la inversa, obviamente. Cuanta más riqueza personal tengan ambos miembros de la pareja, más rica será la pareja en conjunto.
Por eso, entiendo que en una pareja es fundamental el respeto y la confianza mutua, que los dos comprendan que pasar menos tiempo juntos o querer hacer cosas por separado no significa una falta de amor en absoluto. Creo que los seres humanos somos multidimensionales (gracias a dios), y nada tiene que ver el inmenso amor que puedas sentir por tu pareja con el hecho de que necesites tiempo para ti misma, para tus cosas, tus amig@s, tus aficiones o lo que sea. Creo que es fundamental que la pareja entienda que forma parte de tu vida (una parte importantísima), pero no es tu vida.
Por otro lado, hay aficiones que son muy absorbentes, en realidad porque son también amores (distintos al de pareja, pero amores al fin y al cabo), por lo que sería muy deseable poder compartirlos, porque el resultado final de compatir un amor con el otro, no hace sino enriquecer y aumentar los dos. En mi caso, ocurre con el mar, pero a cada cual le puede ocurrir con lo que sea (hasta con el macramé, supongo...). Y si no es así, habría que negociar (otro pilar básico de la pareja según mis entendederas, la capacidad de negociación) hasta qué punto podemos ceder ambos sin que ello nos resulte frustrante ni deteriore la relación.
En fin, no es fácil, pero supongo que se podrá...
Muchos besos
kendwa
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El mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!
-Rafael Alberti-
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