Bah, en el fondo es una cuestión de silogismo:
Algunos hombres son malos,
otros hombres son buenos
los argentinos son hombres,
luego, y en consecuencia,
algunos argentinos son malos
y otros argentinos son buenos
(Menéese bien -la fórmula-, repítase este mantra cambiando la nacionalidad, hasta persuadirse de que ser bueno o malo no es una cuestión de nacionalidad, sino de naturaleza humana).
Y si el Pescarranas ha tenido la mala leche de encontrarse con algunas personas malas, pues ya es mala suerte la suya.