Hola:
De Bernard Stamm
-Bernard Stamm, Cheminées Poujoulat, navega con portantes a largo de Argentina.
-Kojiro, por fin encuentra vientos.
Dalton, Sir Robin recolectan a Unai Basurko
Después de haber pasado el Cabo de Hornos, ya hace tres días, Bernard Stamm navega siempre en el mismo sistema meteo. A 500 millas de las Isla Malvinas a lo largo de la costa Argentina. Va hacia las latitudes un poco mas clementes " Acompaño la misma depresión después de haber pasado el Cabo de Hornos. por ahora está lejos de ser confortable, calmado y agradable. Siempre tengo mucho viento, con ráfagas de 50 nudos, e intento de poner el barco al máximo porque en unas treinta horas debo llegar a una zona de vientos calmados. Por el momento yo intento de beneficiarme lo más posible de estas condiciones de tiempo para mantener la máxima velocidad. El ritmo es sostenido y obliga a mantenerse concentrado, ya comienzo a sentir un poco de fatiga, pero es porque llego al calor y debe decir que yo debo salir de este mundo húmedo y frío".
Otro problema resuelto para Bernard, con la subida de temperatura y la del agua a 12 grados, el peligro de los iceberg que ya está completamente descartado. Pequeños contratiempos, algunos problemas menores de estanqueidad en el Cheminées Poujoulat, y sobre todo el sentimiento de estar un poco "Solo en el mundo". En efecto el cielo y la tierra están siempre desesperadamente vacíos".
A 1.300 millas al Oeste del Cabo de Hornos Kojiro navega con unos vientos de 25 nudos y la olas le mecen.
1.000 millas más al oeste, en medio del Pacífico Sur, el trio de cola en cerrado pelotón. Con unas condiciones fuertes, fuerza 8, Dalton y Sir Robin han acelerado para recolectar (alcanzar) al vasco Unai Basurko y todos se encuentran en "un pañuelo" de 84 millas.
Apreciemos la estupenda remontada de Sir Robin, a más de 12 nudos de media- la velocidad más alta de los tres veligerantes, además que su 60 pies Saga Insurance está minusválido con problemas la mayor y está obligado a navegar con tres rizos.
Vista del Cabo de Hornos por Bernard Stamm
