Más allá de la autenticidad o trucaje de la foto, yo, y me perdonen los fotógrafos que por aquí beben e iluminan con su saber (o viceversa), soy de los que cree que más valen mil palabras que una imagen. A veces muchísimas menos. Un ejemplo, la foto en cuestión sólo llega a ser una imagen agradable si no se dice que estamos viendo trescientosmillones de toneladas de hielo. ¡Toma ya hielo pa Panxut y su bebida favorita!
Unas

fresquitas.