No humilles a tu barco, que si es de los que hablan se va a pasar todo el viaje subido en el camión y rezongando.
Llévalo navegando. Plantéaselo al comprador como un modo de conocerlo en una travesía en condiciones.
Y si ni tú ni él ni ninguno de nosotros tiene tiempo ni ganas de llevarlo por mar, tengo un amigo skipper profesional que te lo llevaría encantado a Barcelona o a las Chimbambas.
