Re: O.T.: Mitología y Sirenas
Que bien me hubierais venido hace unos de años.!
Verano de 2.003, y tras convencer a mi estimada esposa, ( hoy convertida en flamante ex-esposa, y propietaria del 85% del que fue mi patrimonio), de que la Ruta de la Sal constaba de dos etapas, una a celebrar en marzo-abril, llamada, Etapa de Ida, y otra la ultima semana de julio, llamada la Etapa de Vuelta, conseguí embarcar, con alto espíritu marinero, partiendo con otros amigos, desde el puerto de Valencia.
Quiso, parecionos, la fortuna sonreirnos, y al detenernos en Denia, con apenas el esbozo escueto de una ducha y una cena, y tras prolongar los postres en charla amena y distendida, deicidimos prolongar la tertulia en un breve paseo que nos permitiera estirar los miembros, que el confinamiento proximo iba a entumecer.
Fue sin duda el destino el que hizo que nos cruzaramos con un par de bellas sirenas, cuyas ebúrneas piernas no desmerecían una deliciosa silueta, iluminada por radiante sonrisa y el brillo de unos ojos azules en una, y grises verdes en la otra.
La lengua que dominaban, ( mejor una de las lenguas, pero de eso hablare mas adelante en el relato), era a todas luces bárbara, de terreno ignoto y que jamás fue parte del Imperio patrio, pero ello no fue obstaculo para que exhibiendo la gallardia que nuestra caballerosidad impone, fueramos con ellas, por unos instantes, como de la familia, comenzando por ser casi hermanos, para mas tarde ser casi primos.
Surgió en ese momento la primera prueba de nuestra hidalguía, pues si bien eran dos las bellas sirenas, hete aquí que nosotros erámos tres, los que con tesón y ahínco, esfuerzos ímprobos de meses, habíamos pergeñado esta Etapa de Vuelta de la Ruta de la Sal, ya inciado el solsticio.
Tal disparidad requería de una solución, y como cristianos viejos, decidimos que el destinos decidiera, aún cuando para el excluido, pudiera ser del destino desatino, ( permiteseme el retruecano). Así que mejor que el azar fuese el árbitro implacable, elegiendo para ello la compañía de los cuarenta naipes que forman la baraja española. Ni que decir tiene que fue una gesta, un combate, un torneo incruento y brutal, violento e infartante, y a su conclusión, y en evitación de mayores males y de posteriores revueltas de conciencia que hiciesen de falso arrepentido al despreciado por la fortuna, convinimos los otros dos, en provisionarlo abundantemente de una cercana mancebía de almas cándidas de cuepos inquietos, a la par que tiernos, que le aquietaran el espiritu ahora turbado.
Todo ello en contemplación de las dos nórdicas sirenas, que contemplan el singular combate de las que ellas eran triunfo y victoria, y desde su intrigada excitación por verse objeto de tan singular duelo en donde afectos y blasfemias jugaron iguales bazas.
Memorable fue el regreso por el pantalan, en donde las sirenas enroscadas en nuestros brazos lucían como tributo a nuestra virilidad, ( dentro de poco marchita).
!que decir de la Etapa de Vuelta!, !que memorables travesías! !como surcabamos los mares! como bordo a bordo disfrutamos cada segundo! Disculpa la perifrasis, pero mi educación, y mas tratandose de una dama que conmigo compartió travesías, me impide ser más explicito
Quede el asombro del regreso, triunfante, pues no es menos cierto, que siendo los unicos participantes de la Etapa de Vuelta de la Ruta de la Sal, habíamos vencido. Y que mayor gloria que las sirenas que sonrientes nos acompañaban.
Quiso el destino tornar en desgracia lo que hasta ese momento fue la felicidad en su mas algida expresion.
En el punto de amarre, junto al rostro contrito del traidor que creíamos haber aplacado con los envíos de la mancebía, estaba mi esposa. Pronto acudó a mi mente la mitologica historia de sirenas, de hades, de la religiones etruscas, su conversión a helenicas y asimilación romana. En vano.
Que bien me hubiera venido no solo vuestra compañia, sino vuestros sabios consejos. Así que aprended de mi experiencia y recordad cuanto aqui se ha expuesto.
Sobre todo si haceis este año la Etapa de Vuelta de la Ruta de la Sal.
besos.
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