Aportando mi granito de arena para esta pequeña gran biblioteca con un pequeño párrafo que me ha puesto muchas veces las pilas en la universidad cada vez que me "ausentaba" de mis quehaceres...

Un pequeño párrafo de
D. Edgar Allan Poe.-
….
Tenemos ante nosotros una tarea que realizar y hemos de llevarla a cabo rápidamente. Sabemos que demorarla causará nuestra ruina. La más importante crisis de nuestra vida reclama, a golpe de trompeta, energía y acción inmediatas. Ardemos de impaciencia, nos consume el ansia de comenzar el trabajo, nuestras almas se inflaman con el goce anticipado del glorioso resultado. Cebemos, deberíamos acometer hoy la tarea y, no obstante, la aplazamos para el día siguiente. ¿Y por qué? No hay respuesta, como no sea que nos parece
perverso, utilizando la palabra sin comprender el principio. Llega el día siguiente y con él una más impaciente ansiedad por cumplir nuestro deber, pero con esa acrecentada ansiedad llega, también, un deseo innominado y absolutamente pavoroso por impenetrable, de demorarlo de nuevo. Este deseo gana fuerza a medida que pasa el tiempo. La última hora para emprender la acción está en puertas. Temblamos por la violencia del conflicto que se libra dentro de nosotros –de sombra--, pero si la lucha ha alcanzado ese punto, es la sombra la que prevalece… nosotros pugnamos ya en vano. El reloj suena y sus sones son el toque de difuntos de nuestra felicidad. Y son a la vez también el canto que ahuyenta el fantasma que nos ha atemorizado tanto tiempo. El fantasma escapa, desaparece… estamos libres. Renace la vieja energía.
Ahora trabajaremos. Pero, ¡ay, es
demasiado tarde!
….
El demonio de lo perverso