Cita:
Originalmente publicado por Taranta
El autovirante se agradece en rasca importante y con tripulación reducida.
Su trimado no es sencillo, ya que en lugar del carro de génova, para abrir o cerrar la baluma tienes que variar el anclaje del puño de escota.
En portantes es donde es más ineficiente.
Mi recomendación es ponerlo con 20 o más nudos de ceñida y en solitario. Entonces es cuando disfrutarás y podrás valorarlo.
En traveses y portantes o con vientos flojos, la falta de solape se hace notar y su superficie reducida no te dará la potencia necesaria para pasar la ola.
Los Hanse arman autovirante pero también tienen maniobra de génova. Otra opción es comprarse como tercera vela un asimétrico. Así utilizas el autovirante y la mayor en ceñida(aunque irás un poco corto en ventolina) y con rumbos abiertos pones el asimétrico(hablo de un barco de crucero sin aspiraciones a regatear).
No te desanimes. pruébalo con castaña y verás la tranquilidad que da el hacer bordos sin tripulación.
Buen viento,
|
Desde que navego con Hanse, hace casi 4 años, es mi experiencia con el auto-virante, de entrada fuí un escéptico, de hecho compré dos génovas, un 140 y un 105, poco a poco fui cogiendole el tranquillo al trimado de la simpática velita de proa y me animé a fabricar otra, pero de mayor gramaje, por eso de que aguantase un huracán.
Seguí afinando un poco más y un año despues mandé fabricar uno más en kevlar. (foto)
Con esto quiero decir, a pesar de las críticas, que por mi experiencia es una vela fantástica, eso si, hay que, como bien dice Taranta y Cuestionsailing, afinar mucho en el trimado, no permite errores si quieres sacar el máximo rendimiento y en cuanto se abre el viento sacar el asimétrico o el spi, creo que no se puede comparar los tipos de navegación son conceptos diferentes.
En la foto se aprecia (aunque el barco no sea un F9) que incluso llevo montados unos barbers para afinar y el resultado se puede apreciar, con la ventolina que soplaba en ese momento, menos de 10 nudos, estabamos haciendo sobre 7 y cargados con casi una tonelada de víveres y pertrechos para cruzar el Atlántico
