Que pasada Alex!
Me lo había reservado para un momento en que de verdad me apeteciese leerlo con calma y ha sido un emocionante placer.
Es como si hubiesemos estado charlado en un café. Al leerlo mi cerebro reproducia tu voz tan especial y al terminar me he quedado extrañado de no tenerte al lado y poderte dar un abrazo.
Oir de la boca de una amiga, esos lugares míticos, que uno ha leido en Slocum o Moitessier, los acerca hasta al punto de preguntarse ¿porque no? quizas también un dia pueda yo acercarme al Cabo.
Mundo Redondo