Durante dos años estuve navegando con un Drasombe Lugger, un velero de 5,72 m de eslora, sin cabinar. Fondeaba y vivaqueaba a bordo, otra veces en la playa. Iba equipado como si tretase de una travesia por montaña, cocinando con un mini camping-gas. La singladura más larga fue de Palamós a Cap de Creus. En alguna etapa acompañado, otras solo. Fue a finales de agosto de 1997. La experiencia fue muy interesante, creo que es asumible por gente joven, pero poco razonable. Un año despues me compraba un velero habitable.
