Sactamente, la misma impresión. Poca vela (aunque me imagino que plantar un barco en el salón debe costar un pastón) y pocas novedades.
Me gustó una tienda que se llamaba 'Swiss tech' o algo así que tenían todas las pijaditas... incluyendo esa polea para auto izarse al palo (lo malo, que costaba mil y pico eurapios...

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(Lo mejor: al lado había -al menos el jueves- un salón de repostería y pasteleria... nada más entrar, atraido por los olores que de alli partían, una señora que estaba cerrando el stand me encasquetó dos empanadas tamaño rueda de Swann... porque le daba pena tirarlas)
