Bueno, bueno! No vayamos tan lejos todavía, cada cosa a su tiempo!
Qué?? Os apetece una vuelta por las Granadinas, así, para rematar la tarde? Y, por cierto, ¿qué tal una piña colada en el Basil Bar?
Allá vamos!!
Primero, aclarar que las Granadinas son un grupo de islas y islotes, algunos deshabitados, situados entre las dos islas a las que pertenecen: San Vincente (al norte) y Grenada (al sur). La frontera pasa entre las islitas de Petit Saint Vincent y Petite Martinique. Ese archipiélago se extiende de norte a sur y mide unas 48 millas de punta a punta.
Las Granadinas corresponden exactamente a la idea que nos hacemos del paraíso caribeño: arena blanca, cocoteros inclinados sobre la orilla, aguas turquesas y pececitos de colores. Son una succesión de bellísimas postales, a cual más hermosa. Maravillarían al más esnob o indiferente de todos los turistas. Vayamos allá, pues!
Bequia (13º00N, 61º15W)
A unas 9 millas más o menos al sur de Kingstown, la capital de San Vincente, Bequia (se pronuncia Bekway) es la primera de las Granadinas que nos encontramos. Una bahía muy grande, Admiralty Bay, acoge a los barcos de los visitantes. Mucha gente hay en este umbral del paraíso, pero aun así la estancia en este fondeo, sobre unos 4 metros de agua transparente, es de lo más agradable. El pueblo tiene de todo, es muy acogedor y en seguida te entran ganas de posarte allí un tiempo.
Bequia, el pueblo y, entre los ferries, el edificio de las aduanas. Los barcos fondean a cada lado de este canal.
Un paseíto por el pueblo para estirar las piernas y abrir el apetito. Aprovecharemos para tirar la basura, dejar la ropa a la lavandería, comprar algo de fruta, pasar por el súper... y descargar el correo. Seguro que encontramos un wifi-bar por esta calle...
Y después nos sentaremos para ver cómo el sol, una vez más, se pone en el mar. Total, no hay prisa.
Mustique (12º52N, 61º12W)
Hay tanto que ver!! Tantas islas!! ¿Porqué ésta y no aquella, pues? Nada, caprichos del momento. Porque te han hablado y vas. Mustique es famosilla. Allí tienen sus casas personalidades de alto copete. La princesa Margaret, Mike Jagger, David Bowie, Brad Pitt... Cuando ves la isla de cerca, entiendes. Este islote es una propiedad privada gestionada un poco como una comunidad de vecinos de lujo. Todo está domesticado, controlado, los caminos, las plantas, las mesitas y las sombrillas. Todo impeccable. Nada que objetar excepto tal vez una ligera falta de espontaneidad en ese paísaje adiestrado por la mano del hombre.
Césped en la playa, bien cortadito.
Y como el dinero no siempre va parejo con el mejor gusto, nos topamos con cosas muy divertidas: esta seudo arquitectura local, interpretada por una cierta visión "disneyana" del Caribe.
...A que son monas 
??!!!! 
Y como Miliano lo sugería hace un momento, para reponernos de esta vista, qué tal una Piña Colada?? En el Basil Bar, el leyendario Basil Bar de Mustique, la preparan de maravilla. También preparan la langosta de mil maneras. Una delicia, este aperitivo... ¿no??
Venga, salud!!! Después de la copa, seguiremos el viaje. Bajaremos a Canouan.
Cheers!!!