Son la tierra prometida del turista. La meca del navegante. Cinco pequeñas islas desiertas, a cual más hermosa: Baradal, Petit Bateau, Petit Rameau, Jamesby y, fuera del arrecife, Petit Tabac. Cinco promesas.
No hay decepción. Es imposible. Los Tobago Cays superan, si cabe, todo lo imaginable. Son una imagen del paraíso en la tierra. Una pequeña muestra de las delicias del más allá. Si el paraíso es así... juro que desde hoy siempre me portaré bien.
Los Tobago Cays 12º38N, 61º21W
Cuidado, este paraíso también se gana. Hay que abrirse camino entre los numerosos bajos que protegen estas islas. Los hay por doquier. Una mirada en la carta, luego al horizonte, en busca de estas pequeñas crestas que delatan la presencia del afilado peligro. La quilla va slalomeando sin problemas... Ufff... Tenemos nuestra recompensa en seguida: una tórtuga pasa justo al lado del casco. Un canadiense nos dice que no paran de pasar y que nos hartaremos de verlas. Tiene razón: no paran de pasar. Se equivoca: jamás nos hartaríamos de verlas!!!
La piscina se abre delante nuestro. Hay un montón de barcos, claro, escogemos un lugar un poco apartado del montón y tiramos el ancla en 3 metros de agua clarísima. Locos de alegría nos tiramos al agua y qué vemos??? Una raya!!! Una raya águila, de estas negras con puntitos blancos. Deja que la sigamos un rato... Incréible! Miramos el arrecife: en seguida iremos allí... promete un montón!!!
Diez días en el paraíso... La foto ha sido tomada desde la cumbre de Jamesby.
El agua en los Tobago Cays...
Un paseíto en la isla de Jamesby...
Una iguana en Jamesby. Qué suerte tiene de vivir en esta isla! Pero eso, claro, ella no lo sabe!
Petit Tabac, fuera del arrecife. Es la isla donde abandona a Jack y Elisabeth en Piratas del Caribe. Magnífica.
Bueno... Qué bien se está aquí. En total nos habremos quedado diez días... hasta que se agoten las reservas de fruta, cerveza, agua mineral... hay que repostar y seguir el viaje. Ver más cosas. Los Tobago Cays han sido lo mejor del viaje, a pesar de los muchos barcos que hay, de los kitesurfers, los dinguis y los vendors que pasan rozando el casco. Te olvidas de ello. Jamás la palabra AZUL ha llegado a tener tanto sentido para mi.

