La historia que nos cuentas de Bohemia confirma, una vez más, que en esta vida podemos conseguir aquello que más deseamos si somos capaces de creer en nuestros propios sueños, en nosotros mismos, y de luchar con tesón y sin perder el aliento por hacerlos realidad, aunque cuesten una gran inversión de tiempo, esfuerzo personal y renuncia a otras cosas, entre ellas, a las opiniones ajenas.
Enhorabuena, Bo, por hacer realidad tu sueño

. Ahora, enseña a tu hijo a luchar por sus sueños como tú lo has hecho.
Y a ti, Quim, gracias por contarlo así, y haciendo mías las palabras de Ferreret, por tu generosidad en reconocer públicamente las virtudes de otra persona, que no es una cualidad que abunde mucho en los tiempos que corren
Un abrazo a los dos
kendwa