Este verano me sacaron del club de Sta Eulalia a las 4 de la tarde el día de la mega tormenta. Venía el barco que dormía en mi sitio. Como estaba esperando a unos amigos fondeé fuera. Desde la bocana veíamos la tormenta que desprendía pequeñas mangas, mini-tornados. Pues bién fuera del puerto aguantaron también dos embarcaciones, un velero LM27 y una motora de unos 26 piés francesa que llegaron remolcados por no tener motor. No se hundían, pero las condiciones no eran como para estar fuera y sobre todo si los minitornados hubieran venido hacia nosotros no hubieran tenido otra posibilidad que el remolque de alguno de los que allí estábamos.
El club de Santa Eulalia les denegó la entrada. Luego amarré a la gasolinera para recojer a mis amigos 10 minutos, pero el marinero tuvo tiempo de contarme que ya habían tenido varios casos de gente que dice que no tiene motor, o tiene una avería y luego es mentira. Al final pagan justos por pecadores.
