Quien tiene por terapia el mar, ya no necesita otra.
Me siento en Plaza Molina- BCN en un banco, para que me dé el aire, y veo pasar a la gente; acelerados, cabreados, discursivos solitarios, caras de preocupación, agresivos, pasmaos. Sin duda BCN machaca mucho, cualquiera que sea de pueblo lo ve, cualquiera que sienta la mar, también.
