Hola a todos y copas para los mismos.
Me había prometido estar "empalmerado", y sólo leer los comentarios hechos sobre el tema. Pero no, tengo que poner un granito al hilo porque me lo "pide" el cuerpo y no aguanto más.
He construido tres barcos pequeños de vela ligera, y aunque algunos les parezca contraproducente hacerlo -opinión muy respetable-, la satisfacción personal que te da el poder decir "lo hecho yo con mis propias manos", no tiene el mismo sabor que comprarlo. Es -comparativamente hablando-, lo que opinaba Tabarly sobre navegar a vela, cómo "el medio más lento de ir de un sitio a otro .......", pero a pesar de ello nos gusta hacerlo así.
La construcción en sí no presenta problemas, la dificultad reside en el lugar donde hacerla. No todos tenemos el típico garage casero, o la nave del amigo que te presta un rincón.
Mi segundo barco fue construido en un úndécimo piso, y aún está pendiente de "descender de los cielos".
El tercero se encuentra totalmente listo para navegar y ha superado satisfactoriamente la prueba de "homologación" de la escalera (puedo bajarlo por ella -me "cabe"-, el otro barco no). Sólo son cinco pisos de "ná".
Pero donde realmente está el problema, es en la normativa que exige cumplir la DGMM.
El primer "escollo" radica en la aprobación u homologación de los planos por un Ingeniero Naval, al que naturalmente hay que "explicarse" en euros. Después vienen las pruebas de estabilidad, que creo recordar consisten -a grandes rasgos-, en verificar la actitud del barco con 75 Kgs. en la borda. Casí tienes que vender el coche para comprar la gasolina.
Os imaginais homologar hoy un Snipe ó un Vaurien. Ridículo.
Conozco el caso de un colega que después de construirse en la carpintería de su padre un precioso barquito de 3 mts. y pagar religiosamente, tiene el barco flotando en la piscina de su chalet. No es broma, es desesperante.
Sí alguien relacionado con la ingeniería naval ó con la DGMM, lee estas líneas, que sepa que este primer "escollo", al que personalmente considero del mismo nivel que "un impuesto revolucionario", no existe en la parcela aeronaútica "paralela" de la construcción de aviones por aficionados.
Quizás sea porque tiene más dificultad construir un barco que un avión.
Piratas, piratas .... en la família naval, de donde son oriundos.
Quien dude de la "efectividad" de ese "escollo", que compare el Registro de Matrículas de Aeronaves con su equivalente naval, y vea el enorme porcentaje de "aficionados" que hay en el "aero" a diferencia del "naval".
Igualito que en Francia, en donde el velero Corsair -5,5 mts de eslora-, es el modelo de barco del que más unidades se han construido, con un mayoritario porcentaje de realizaciones por aficionados.
Solución "hispánica", construir, construir ..... y ser más pirata que ellos.
Copas, epoxy y contrachapado para todos.
