Cita:
Originalmente publicado por Crimilda
Por cierto, Conejo, no sospechaba que te gustaba Becquer, aunque algo cortillo, yo la conocía así:
—Yo soy ardiente, yo soy morena,
yo soy el símbolo de la pasión;
de ansia de goces mi alma está llena.
¿A mí me buscas?
— No es a tí; no.
— Mi frente es pálida; mis trenzas de oro:
puedo brindarte dichas sin fin;
yo de ternura guardo un tesoro.
¿A mí me llamas?
— No; no es a tí.
— Yo soy un sueño, un imposible,
vano fantasma de niebla y luz;
soy incorpórea, soy intangible;
no puedo amarte.
— iOh, ven; ven tú.
Claro que Becquer, también decía esto:
Sabe, si alguna vez tus labios rojos
quema invisible atmósfera abrasada,
que al alma que hablar puede con los ojos,
también puede besar con la mirada.
¿Cómo podían resistírsele las mujeres que amó? Misterios del amor. 
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Pues sí, es un trozo de una adaptación bequeriana para teatro.
Los primeros versos los recita la Pasión, los siguientes la Ternura y los ultimos la Ilusión. El poeta rechaza las dos primeras, e intenta inútilmente buscar el amor de la última.
... un vano fantasma de niebla y luz...
Vamos, lo que hacemos a diario todos. Correr detrás de fantasmas.
Rog