Pues nada compañeros, llegó la hora de contar un poco en detalle mi historia de amor con mi "raro". Y he elegido este hilo porque en él se está tratando eso que todos en mayor o menor medida sentimos y añoramos: un amor idílico, casi perfecto, con el que pasar el resto de nuestras travesías... Y además me avergüenza un poco abrir un hilo para hablar de mí

. Me incluyo en este, vuestro hilo, y así me siento simplemente uno más.
Uno se va haciendo mayorcito y quizá cada vez más conformista y menos exigente. Tengo en mi mente montones de barcos por los que habría perdido la cabeza y algo más, barcos con los que afrontar cualquier navegación y cualquier mar... barcos como actrices de Hollywood, con las que uno soñaba cuando era un chaval, pero que eran eso, imágenes en una pantalla. Al final, la realidad se impuso y con ella vino un pequeño barquito de 25 pies, bastante poco cuidado, pero que, para el que sabía mirar, mostraba hermoso semblante. Era poco el precio y mucha la ilusión de un primer amor, así que empezamos a salir allá por el verano del 96. Lo llevé rápidamente a una nave y allí lo desnudé con sumo cariño y ternura. Al descubierto quedaron sus cicatrices y sus problemas, más de los que parecía, pero todo es nada a los ojos de un enamorado alelado

. Y sin saber el oficio hice de calafate, carpintero de ribera e incluso de maestro velero. Y en el verano del 97 volvió al mar, y yo con él. Y mostró y demostró que sabía navegar, con nobleza y con algo de viento, pues tenía poco palo y poco trapo (y viejo). Y a mi amigo Fernando (que andará por el Índico cuando escribo estas líneas) y a mí mismo nos trató impecablemente en un par de medios temporales que nos pillaron aquí, en el Cantábrico. No cabía duda, ese barco era marinero y navegaba bien, pero bien.

De todos modos, mi primer remozado del barco no fue todo lo bueno que me hubiera gustado, lo justo para echarlo a la mar y comprobar sus cualidades. Lo bueno es que me sirvió para aprender de los errores, que enseñan más que los aciertos

. El caso es que estuve planteándome si cortar nuestra relación y buscar otro amor mas joven y algo mayor de eslora, o plantearme modificar éste y serle fiel hasta el fin. Y pensando pensando, empezaron a venir grumetes al mundo, y la cosa se resolvió por sí misma. La economía, con tres picos abiertos todo el dia pidiendo pitanza, no permitía alegrías. Restaurar o nada. Así que restaurar.
Y como siempre he sido de la religión del reciclado, y he creído -y creo- que aprovechar algo viejo, usado o deshauciado y darle nueva vida es una de las actividades mas placenteras que se pueden tener (darle nueva vida a un objeto es un poco como ser un Dios de los objetos

), decidí que la restauración fuese lenta y en esa línea. Además, debía ser lenta a la fuerza: los chiquillos no daban otra opción.
Ahora el mayor tiene 12 primaveras y le está picando el gusanillo de navegar

. ¡Imaginaros qué satisfacción! Vamos a terminar de restaurarlo entre ambos, y sólo el que está acostumbrado a hacerlo todo solo sabe lo que suponen dos manos mas en algunos momentos. ¡Y encima mi hijo va a aprender algo importante para un futuro marino:cuidar y conocer su barco hasta en los más mínimos detalles!
Así que ahora, después de tanta parrafada, os describo a mi compadre y os detallo en que fase del proceso están las cosas, y dudas, muchas dudas, que espero que nos ayudéis a resolver (o a disolver si es el caso).
Hablamos de un Janneau Sangría de 1977, aunque cada vez se parezca menos a lo que un dia fue.
Este barco ha llegado a estar en "pelota picada", es decir, el casco y cubierta por una parte, y todo (y cuando digo todo digo todo) lo demás por otro lado. Si la memoria no me falla se le ha hecho todo lo que sigue:
Lijado del gel coat, tratamiento anti-ósmosis y pintado de todo el casco. Repaso y reforzado de la unión orza-casco, y tratamiento y enfibrado con montones de capas de la orza. Remozado a fondo del timón, reforzando la mecha y colocando un inventillo para gobernar en caso de rotura de la caña o de la mecha. La caña se ha modificado para que pueda ofrecer otros servicios durante el fondeo en unos pocos segundos (mesa...). Todos los cadenotes de cubierta son nuevos, sobredimensionados y ahora no sólo van sujetos a cubierta, también lo están al casco (por el interior y hacia los costados). Toda la jarcia es nueva y ligeramente sobredimensionada. A proa se ha instalado un sistema de fondeo más cómodo, seguro y doble. Y ahora hay también un bauprés. El palo, como el barco, fue desmenuzado en todas sus partes, tratado concienzudamente con epoxi, pintado y rearmado con nuevos aparejos, poleas, arraigos y algún inventillo que contaré otro dia si a alguien le interesa, remachado sólidamente y previniendo la acción galvánica. Y lo mismo la botavara, que además ahora dispone de un freno "walder" casero . Cerca del tope de palo se instala un stay volante (también con inventos para su rápida colocación) que portará un foque bastante plano autovirante y de garruchos, que virará sobre un escotero curvo instalado justo a proa del palo. Del tope de palo sale otro stay a la punta del bauprés. Llevará enrollador y velamen para cuando haya poco viento (algo en lo que el barco antes andaba muy justito). Todo el vestuario habrá que hacérselo a medida, pues ahora la botavara está algo más baja que antes, y las velas que ahora tengo, aunque están bien repasadas, están muy cedidas y embolsan mal y mucho. La mayor puede quedar de respeto, pero quiero poner una de sables forzados. LAs velas puede que sean casi lo único que va a ser verdaderamente nuevo. Y los metacrilatos también.
El motor, renault marine de 8 cv, igual que el resto, está a bsolutamente restaurado e impecable. Es una pequeña joya. El suelo de la bañera estaba bastante deteriorado, así que lo forré con iroko. Toda la maniobra está modernizada, restaurada la que servía y lo demás nuevo o de 2ª mano, todo reenviado a la bañera. Estoy acabando de preparar un inventillo para gobernar desde la cabina (con todo el aparejo autovirante tiene que ser una gozada en invierno, que aquí en el norte hay mucha rasca), incluído gobierno a motor. Hay muchos mas detalles e inventos que me han supuesto quebraderos de cabeza, pero que finalmente encontraron solución (o disolución, que es no hacer finalmente nada y dejar las cosas como están)Y los interiores también van bastante modificados, pero esto lo creo menos interesante de contar, salvo quizás que estoy perdiendo algo de capacidad de estiba a costa de ganar mas estanqueidad y flotabilidad. A fin de cuentas ya no aspiro a hacer grandes viajes, si acaso alguna travesía de fin de semana y poco mas. Lo que quiero es poder salir con mucha frecuencia y sin necesidad de depender de nadie. Y tampoco quiero ser esclavo del mantenimiento de un barco mayor. En este me he sentido siempre muy cómodo y seguro. Basta con un buen termo, buena ropa, y buena música


Y por ahora nada más. Igual algún dia subo unas fotillos, aunque todavía no esté de muy buen ver.
Hace un tiempo un conocido me hizo una buena oferta por el barco, incluso como estaba, a medio acabar. Y en ese momento, por cuestiones que no vienen al caso, le habría aceptado la oferta, pero casualmente estaban conmigo en ese momento mis dos hijos mayores, y cuando oyeron de qué se trataba rompieron a llorar y no tuve mas remedio que rechazarla. No lloraban porque quisieran el barco (entonces aún no se interesaban por él). Lloraban porque sabían lo que representaba para mí, y les daba pena. Esa muestra de piedad todavía hoy me conmueve, y sé que este barco estará , si la mar lo consiente, siempre con nosotros.
