Y cuentasé que un tal Leopoldo Antonio Gil Palacios se casó con la bellísima y acaudalada, por parte de padre, Antonia María Puertas González. Tuvieron tres hijos que ya destacaban desde la tierna infancia por ser unos cretinos integrales. Cuando tuvieron edad para conducir se les conocía por tapar todos los bulevares.

Todo el mundo comentaba: "Ahí están los Gil y Puertas".
De aquí viene la palabra gilipuertas.
