Crimilda, yo también os quiero,
y aunque con ganas combato,
con mis malos versos ni hiero,
¿como osais pensais que mato?.
En verso decís que no era
blanquiazul ni onubense,
desviada teneis la pera,
que él era más radiante...
dejadme que lo piense...
y que era más blanco...
¡Dios!, ya alcanza mi mente
cuán confundida estais,
pues tornais a Don Colón
anunciante de televisión,
si, si el del detergente
que espera impaciente
ante su puerta la gente
para trincar sin remisión
el tambor del blanqueador,
y poder cantar a la vecina
quien pregunta con estupor
¿con qué lavas tu ropa?
¡¡¡pues con Colón el detergente,
y mira como luce, que primor!!!.
Y ahora unos minutos musicales patrocinados por la SGAE.
Y tras comprobar que Alaska
de mujer de Colón viste y luce,
aprovecho y me voy a la tasca
pues con su verbo me seduce,
y no quiero querida Crimilda
que quien me lea se equivoque
pues se que hay quien me tilda
de que aquí busco... albaricoque...
Que nadie se descoque,
de féminas no tengo lista,
que lo único que busco
es de nuevo proclamar
por toda la ancha mar
a Colón recreativista.

