Gracias, J.R., muy interesante tu intervención. Yo también he hecho una experiencia algo similar a la tuya: el otro día me subí en un Vespino y lo llevé todo el tiempo a pedales. No iba mal del todo, pero es que iba cuesta abajo. Luego, me cansé y arranqué el motor. ¡Qué agonía! La próxima vez tengo que hacerlo cuando aún me quede fuerza para dar pedales, que uno ya va teniendo una edad. Bueno, a lo que iba: arranqué y llegué a puerto en un pis pas, aunque, para ser honesto, he de confesar que siguió siendo cuesta abajo el recorrido. Eso sí, con todo el viento en contra (o eso creo, porque, aunque no llevo equipo de viento, se me formó un buen tupé), de lo que deduzco que los Vespinos -y los MacGregor, que son también híbridos-, ciñen bastante bien. A mi almiranta le pasa algo parecido: dice que con un novio que tuvo, probó un ciclomotor (o algo asín) BMW y que quedó prendada de su potencia. ¡Ah! Y dice que le dan igual los trastos de los demás, que lo importante es el in terior

y que a mí me eligió por la golosina.