Estamos mirando la burocracia británica con los ojos acostumbrados a la nuestra.
Compré mi barco a un inglés y el problema la la baja en el British Register resultó inexistente. A la hora de firmar el contrato y pagar el barco, pidió la baja por fax y nos llegó la respuesta por fax también al cabo de unos quince minutos, si no menos.
