Pues que os puedo decir de treinta días seguidos, con sus noches, navegando hacia el Caribe
Nada de contaminación lumínica... Millones de estrellas en el cielo... Estrellas fugaces cada noche... Amaneceres y puestas de Luna... Amaneceres y puestas de sol... Arcoiris que nacen al lado mismo del barco... Todo ello acompañado exclusivamente del ruído del agua en el casco y del viento en las velas...
Si verdaderamente os gusta navegar a vela debéis "cruzar el charco". Es inolvidable.
