Sobre las 7 de la noche de aquel mes de marzo, el cielo estaba negro, el viento rugia y los salpicones no paraban un momento. Puntas de 35 nudos, y dos rizos en la mayor, el genova enrrollado dejando tan solo con 40 cm de trapo como mucho.
El mar se alzaba (afortunadamente) por la popa, desde el interior de la cabina las olas parecian un edificio como de cuatro pisos. Planeada........ era casí un grito constante de los dos que atados en la bañera, inentaban por todos los medios que el barco en ningún momento se cruzara al mar.
En la cabina, seis personas nos retorciamos como buenamente podiamos, de ve en cuando alguien sacaba el cubo para echarlo por la bañera. No había problema el mar la limpiaba en segundos.
En un rincón, errollada en una manta y manteniendo el equilibrio como podía la almiranta, refunfuñaba.... ¿quien me manda venir a este rrollo?. las linternas en el interior del barco daban una sensación de "almas en pena" moviendose de un lugar a otro. Hay que ahorrar baterías que estamos en regata y el motor, ni tocarlo, por tanto lucecitas por doquier.
Una de las olas me arrojo de la mesa de cartas contra la puerta del baño con el consiguiente moratón, gritos u no se cuantas más maldiciones.
A lo lejos y según la posición y la carta se apreciaba "ES VEDRA", discusión, no se ve ni un carajo, el mar cada vez más formado..... planeada........ botavara rozando el agua, creo que hasta la vela a tomado agua, mejor dale un par de millas, que de noche y con este tiempo, por el interior ni lo pienses, y por fuera, eso, unas cuantas millas.
Ya casi amanecia, el mar gruesa, y los vientos que no bajaban de los 30 nudos. LLovía a ratos, otros pues roción va y roción viene.
Suerte de la cerveza y de dos que supieron aguantar toda la noche como campeones. Por mi parte (entre vomito y vomito que llega un momento que ya no hay nada más que echar, gracias a eso) iva dando posiciones y distancia A LA SABINA. Fue todo un record para nosotros, a pesar del vueltón (la inexperiencia o la seguridad) pero llegamos, ni me preguntes si los últimos o de los del montón. Creo que no fue importante el lugar sino el llegar.
Creo que en esa travesía fue la vacuna del mareo, creo que jamás me he vuelto a marear, o tal vez no he encontrado la mar como aquel día. Y ya han pasado 7 años.
¿Quien no recuerda la I Ophiusa?......... Ahí quedó.
Noches romanticas y a la luz de la luna...... pues hay tantas que no las recuerdo como está.
