Yo navego por estas redes de Dios desde 1992, he hecho las mas diversas compras, habitualmente con tarjeta de crédito y a día de hoy no puedo destacar ninguna incidencia.
Como en todo en la vida, hay que usar el sentido común (
seny en catalan) para efectuar este tipo de operaciones. Tengo mi própio decálogo que repaso asiduamente.
- Nunca me fio de las ofertas increibles. Busco la mercancía más económica, pero si me la ofrecen a un precio difícil de creer, no lo creo y descarto la oferta (ver timo de la estampita)
- Considero que el negocio de quien ha introducido un catálogo entero en la red bien estructurado y actual, consiste en que uno compre y regrese a comprar mas tarde una y otra vez.
- Desconfio de los distribuidores que tienen pocos productos en su catálogo (me refiero a menos de diez), es poco trabajoso mantener ese catálogo.
- Ante cualquier duda, comprueblo la exiténcia de una dirección postal donde poder dirigirme.
- Al introducir mis datos, compruebo que esté en un servidor seguro.
- Nunca compraría algunas cosas por correo, como por ejemplo un sofá, que puede ser muy bonito (a la vista) y muy incómodo al sentarte.
- Me mantengo rotundamente alejado de las páginas de sexo y casinos online; debido a su gran afluencia de visitantes, suelen tener programas espia capaces de quien sabe que.
- Compruebo frecuentemente los movimientos de mi tarjeta de crédito. Esto es acertado tanto si compras por internet, como si algún desaprensivo busca recibos desechados, en las papeleras de cualquier gasolinera.
- Tengo contratado un seguro (independiente) de malos usos, robo, etc de mis tarjetas de crédito (todas)
- (me remito al punto 4) Nunca compraría un piloto automático a una tienda de electrónica náutica, cuya sede estuviera domiciliada en Nigéria.