Muchas gracias por la calurosa bienvenida. Haré lo posible por no despertar las iras del tabernero, que por cierto me recuerda uno en el bar de delante del Náutico de Tarragona, cuando yo era pequeñito. Siempre que se iniciaba una discusión, decía con la cara muy seria: "Señores, me veré obligado a recurrir a la violencia en cualquier momento que la situación lo requiera".

O sea, que procuraré no provocar altercados e invitar a la basca de forma regular

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