Delicioso.
Sería una lástima que vendieras el barco y no continuases. De tus líneas se intuye que, o bien has tenido un gran maestro, o has nacido con sal en las venas. Creo que tienes lo más difícil de conseguir: el buen sentido general.
Las fotos de ese barro tan inglés me han traído buenos recuerdos. Una vez fuí muy feliz en Wivenhoe, no lejos del escenario de tu relato.
Gracias por compartirlo.