Ya estoy.
Seguíamos rumbo hacia Berbería. Soplaba un viento suave que nos permitía desplazarnos a unos 5-6 nudos, es decir, íbamos tranquilos y seguros, todos en cubierta, apiñados en la bañera, contando chorradas de las nuestras y soltando carcajadas. El Patrón disfrutaba y, por lo tanto, los demás también, porque en ese barco se hacía lo que decía el Patrón y punto pelota. Es posible que estuviéramos tomando alguna cerveza, los rayos de sol que quedaban todavía calentaban y estábamos pasando un rato muy agradable. Y no sé que pasará en el mar que justo cuando más disfrutas empiezan a pasar cosas...
De repente, después de un sonoro... no sé cómo llamarlo... ¿estruendo?... el génova empezó a bambolear a diestro y siniestro, incontrolable, con furia... En ese momento yo pensé "será una racha de viento", pero no. Me percaté enseguida de que algo gordo pasaba cuando ví al Patrón dejar el timón y correr por cubierta y eso sólo podía significar que el tema era serio. Habíamos roto el enrrollador del génova. No tenía la menor idea de lo que significaba eso, pero a partir de la cara de preocupación que tenía la tripu que entendía algo del tema, empecé a pensar que tendríamos que abandonar la regata... Yo no me moví de la bañera, todo hay que decirlo, pero me acordaba todo el rato de la línea de vida del carajo, y si hay alguna ley que se cumpla en mi persona esa es la de Murphy, o lo que es lo mismo, si alguien se tenía que caer al agua, esa sería yo si me levantaba.
Aquí algunas fotos del momento tenso:
Seguro que estaréis pensando que menuda tripusol estoy hecha, que en una situación así, voy y me pongo a sacar fotos. Pero lo que hay que pensar, es que si yo no hubiera estado a bordo de este barco, no tendríais testimonio gráfico....
Y también hay que pensar que la ignorancia seguía predominando en mi cabeza y, por lo tanto, que se rompiera una cosa así a mí me preocupaba lo justo y necesario, es decir, poco o nada
No sé que diablos hizo el Patrón, pero la cuestión es que volvió a funcionar,
y además aguantó toda la regata, hasta que ya en puerto le izamos al palo para que pudiera arreglarlo de una manera más definitiva. Creo que lo que se rompió fue la driza del génova en concreto, y la cambió por la driza del spinaker... o algo así...
¡Menos mal! ¡Seguíamos en la regata! Os podéis imaginar que los gritos del Patrón durante esta operación, se oían ya en Huelva, pero son las cosas de la tensión navegando, ya sabéis... (Patrón
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Retomamos nuestros puestos en la bañera (yo no porque no me había movido de ella), el Patrón de nuevo al timón y tomamos rumbo de nuevo, despidiendo los últimos rayos de sol que poco a poco se iban ocultando en el horizonte... Y no me imaginaba yo cómo los echaría de menos...
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