Me uno al reconocimiento de todos los artesanos, carpinteros de ribera por la parte que nos toca. No olvidemos que están por toda nuestra geografía, por paises en proceso de desarrollo y que todavian viven nuestro pasado y otros, más al norte, resurgen como los nuevos artesanos a precio de artesano, ya que de otra forma no seria viable. Es una llamada a volver la vista atrás y a intentar valorar a nuestras manos, que saben teclear muy rápido pero no plantar un honorable tomate, y ya me estoy andando por las ramas.
Recuperar las viejas tradiciones no nos ancla al pasado, nos ayuda a vivir y compreder el futuro.
