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Antiguo 01-06-2007, 08:16
Avatar de Yofloto
Yofloto Yofloto esta desconectado
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Predeterminado Re: Qué me dáis, la enhorabuena o el pésame?

Bueno, últimamente ando yo muy insensible.

La aflicción por un Adiós es personal e intransferible; depende de los lazos de cariño que te unen con la persona animal o cosa que se va.

Esos lazos pueden ser más o menos fuertes y son los que, emocionalmente, te mantienen unido a lo que amas.

Pero esos lazos pueden, a veces, apretar demasiado llegando a ahogar.

Si el amor supera al ahogo... se debe continuar hacia adelante....

Si el ahogo supera al Amor... se deben cortar los lazos...

En cualquier caso la decisión es la correcta.

Y en cualquier caso hay que hacerlo con estilo.


Lo que no es racional es personificar un objeto inanimado... y sufrir su separación como si se tratara de tu propio hijo... ¿Qué será de él? ¿Estará bien cuidado? ¿Cómo estará cuando lo vea dentro de un tiempo? ¿Se acordará de mí? (... ...) Si se llega a ese extremo hay algo que no funciona demasiado bien.

Además, llegado a ese extremo uno no debería plantearse venderlo... ¿cómo vas a vender tus emociones??? ¡Ein?

Y si se está en esa situación de haber personificado al barco propio, amándolo como a alguien de la familia, que tantos y tan gratos momentos nos ha regalado... lo que es inquietantemente revelador son expresiones de amorosa lealtad como: "es una gran tristeza... que se verá recompensada con la llegada del nuevo barco".


Esos cariños no se venden: se hunden.

Tengo un amigo que hundió su barco antes de que, dinerariamente hablando, el barco lo hundiera a él (era un Sr. barco de madera de olivo de 18 mts. de eslora en el que curramos a base de bien). Eso antes de venderlo. Y no era Bill Gates, precisamente.

Cuestión de estilo.

Yo. el día que me ahogue mi barco (ojalá que no llegue) lo venderé sin pesar y con alegría... La conversación con mi personificado barco sería más o menos así:

-Querido barco mío; nos separamos... dono tus órganos en un lote.

-¿Pe... pero... qué te he hecho yo? ¡Si éramos tan felices!!!

-Sí, ya lo creo... cuantos recuerdos.... pero ahora nuestros caminos han de separarse...

-¿Qué será de mí? ¿Qué voy a hacer?

-Lo que tenga que ser, será.

- ¡INGRATO! ¡DESAGRADECIDO!!! ¿ASÍ ME LO AGRADECES? ¡QUE TE DEN DOS DUROS!!!

- Pues eso.


Cuestión de estilo.


Con esto, que a muchos os puede parecer un acto de insensibilidad hacia Atarip, pretendo poner un poco de mesura emocional.

Yo te felicito. Pues de todos es bien sabido que los dos días más felices de un armador de un barco son el día que lo compras y el día que lo vendes...

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