Ayer viajando en el AVE pusieron una película basada en un hecho real. Me hinché a llorar porque es una historia conmovedora. Se llama "Siempre a tu lado" y la protagoniza Richard Gere
Un cachorrito de akita estaba perdido en una estación de tren. Asustado, andaba entre los viajeros apresurados buscando desesperadamente un amo, pero nadie le hacía caso. Al cruzarse con un hombre de mediana edad se paró delante de él diciéndole con la mirada que lo llevara con él.
Se trataba de un profesor de música que inmediatamente se agachó, lo acarició, vio que llevaba collar, lo cogió en brazos y se lo llevó a su casa, dejando después carteles por todo el pueblo y en la propia estación, con la esperanza de encontrar a su dueño, pero pasaba el tiempo y nadie lo reclamaba; había sido abandonado.
Hachi, que así lo llamó, tenía su sitio en un cercado del jardín, pero el primer día se las apañó para escapar de ahí y seguir a su nuevo amo hasta la estación, donde cada día iba andando a coger un tren que le llevaba a su trabajo.
Viendo que era imposible evitar que le siguiera, todos los días iban juntos caminando hasta la estación del pueblo, donde el profesor cogía su tren y el perro volvía a casa hasta la tarde. A la hora del regreso de su amo , Hachi volvía allí y esperaba en la plaza de la estación para volver a acompañar a su amo hasta casa dando un paseo. Así ocurrió durante tres años.
Hasta que un dia, el profesor de universidad sufrió un infarto mientras estaba trabajando, y un coche fúnebre lo trasladaba al cementerio mientras su perro fiel esperaba sentado en la plaza de la estación, de donde no quería moverse hasta que su amo no apareciera
Los hijos del profesor lo fueron a buscar para llevarlo a vivir con ellos a un pueblo lejano, pero Hachi se escapó de ahí para volver otra vez a la plaza de aquella estación, a donde llegó después de un largo viaje por las vias del tren, y donde esperaba volver a encontrarse con su querido amo.
Pasaron los años, y Hachi seguía esperando bajo la lluvia, la nieve, el granizo, el sol.... La gente ya lo conocía y le daban comida y agua, muchos quisieron adoptarlo pero él se negaba a moverse de ahí.
Al cabo de diez años esperando en aquella plaza, Hachi se sentía cansado, y se durmió mirando la puerta por la que esperaba ver salir a su amo dia tras dia, mes tras mes, año tras año... no volvió a despertar.
Como homenaje a su increible lealtad, los habitantes del pueblo hicieron una estatua de bronce en memoria de aquel perro sentado en esa plaza, que esperó a su amo durante diez años, hasta su propia muerte.
La película está ambientada en Inglaterra y en la actualidad, pero en realidad esta conmovedora historia ocurrió desde 1923 a 1936 en Shibuya (Tokio), en cuya plaza de la estación sigue la estatua de Hachi, el perro fiel.
