Este verano asistí a un espectáculo patético protagonizado por la alcaldesa:
Íbamos mi mujer, dos peques y yo remando con la piragua a la playa Mistral (la del Paquebote) y vimos una cantidad de policía inusual. Una neumática de salvamento nos prohibió acercarnos a tierra con la canoa, por tratarse de una embarcación. Mi mujer le dijo: "llevamos años haciéndolo y nunca nos han puesto pegas" y el de la Cruz Roja nos dijo que eran órdenes de la alcaldesa, que estaba izando una bandera con la Q de calidad (a eso se debía el alboroto) y que en diez minutos, cuando se hubiera marchado, que podríamos hacer lo que quisiéramos por donde quisiéramos.
Sabiendo que estaba la alcaldesa, con la que tenía ganas de intercambiar impresiones acerca del puente de El Estacio, dimos un rodeo para llegar a la playa lo antes posible, con tan mala fortuna que estaban marchándose.
Cuando llegué al corrillo, una persona, que intentó acercarse para preguntarle acerca de la suciedad de la playa de ese mismo lugar, pero al otro lado, en el Mediterráneo, me comentó que la Policía le había amenazado con detenerle por "tratar de reventar el acto".
A otra mujer, vecina nuestra, le impidieron el paso cuando trataba de acercarse a preguntar por esa suciedad de la playa contigua a Puerto Mayor.
Pero lo más increíble es que a los veinte minutos de marcharse la alcaldesa, su séquito y la cámara de TV local, un empleado municipal se encaramó al mástil, cual cucaña, y desenvergó la bandera que habían instalado para la foto, llevándosela y dejando el mástil solo.
Es decir, una personalidad política de un pueblecillo (con todos mis respetos hacia S. Javier), no accede al trato con la plebe, utiliza a la Cruz Roja y a la Policía para intimidar a los ciudadanos y lo único que le interesa es la foto y salir en la tele.
¡¡¡País!!!
