Joer, si es que son como los vampiros,
en cuanto les dá la luz se las tienen que pirar;
pero entre tanto le van dando mordiscos a una buenorra que otra...
Ahora, tener el cabreo que tenías encima, que es cuando normalmente no pensamos y actuamos como animales, y tener la genialísima ocurrencia del foco,
es para rendirse...

y descojonarse
