Yo también llevé a lavar unas velas viejas hace años. Pero no lo volvería a hacer. Me explico: quedaron bien de aspecto, pero demasiado "suaves". Es decir, perdieron el poco apresto que les quedaba. Volvieron convertidas en unos agradabilísimos pañuelos como de seda. Eso sí, muy limpias.
Hoy sé que las velas de dacrón han de tener un inevitable punto de rigidez. De hecho, cuando son nuevas son dífíciles de plegar y es porque son perfectas para la función que han de cumplir: ser un ala lo más estable posible frente al viento.
Yo de ti las llevaría a la velería a reparar: costuras, paños, sables... pero nada de lavarlas en plan industrial (y eso que hay empresas especializadas, lo sé. Y también sé que se van a cabrear

).
Si realmente hay manchas, lo mejor es lavarlas uno mismo con una esponja y a lo sumo un poco de jabón suave.
-Y nunca dejar que les dé el sol.
-Hay que procurar que flameen lo menos posible. Es el principal desgaste. Se estropean más en diez minutos de flameo que en muchos días de navegación. Desde luego, nada de ponerlas a secar izándolas en el puerto y dejándolas flamear. Cada vez que veo hacer esto me duele como si fueran mías.
-Plegarlas correctamente y que nunca coincidan las dobleces que se empiezan a marcar en el tejido.
Lo mejor de todo sería sacarlas siempre después de navegar (es imposible, lo sé y más cuanto más grande es el barco), plegarlas con cuidado y dejarlas dentro del barco, con un deshumidificador funcionando dentro. Esto va bien para las velas, para el barco, la tapicería...
saludos
