Re: Vicisitudes de una travesía movidita II
Al día siguiente, por supuesto después de haber ido de cenita y sin rechistar, estaba en la playa comentando con unos amigos la travesía, el tema de los taxis, y que teníamos que volver a Campello a por el barco, y me recordaron a … Ramón.
Ramón, es un prejubilado (48 años), que intentó ser muchas cosas en su juventud, militar, futbolista profesional –casi lo consiguió-, etc., pero al que los avatares del destino, lo llevaron a una vida disipada de alcohol, algunas drogas y muchos tumbos por la vida, hasta que le sobrevino (o igual ya la tenía de antes y de ahí esa vida disipada) una enfermedad mental que lo tiene empastillado todo el día, porque cuando no lo está se vuelve, digamos, demasiado efusivo.
Cobra una mísera pensión, que le hace vivir con sus padres, y se saca un dinerillo extra haciendo de Pirata, Pirata del asfalto, llevando y recogiendo a gente del aeropuerto y cosillas por el estilo. Amigo de la infancia de algunos amigos míos, se suele unir todas las mañanas un breve rato a la tertulia playera, y así fue como le propuse que nos llevara a Campello, el lunes o el martes, en función de la previsión meteorológica. Me hizo unos cálculos rápidos…. 25 de gasoil, 12 de autopista y 20 de beneficio… redondeando 60 Euros. La cifra me pareció tan espectacular después de los 160 del día anterior que le dije que sí, sin pensarlo. Y ahora, me alegro, pero durante el trayecto, hubiera pagado gustosamente los 100 de más al taxista.
La previsión no era buena del todo hasta final de semana, pero vimos que había una ventana de buen tiempo entre el lunes a mediodía y el martes de madrugada, y como ya andábamos con prisas por el tema del curro, decidimos hacer la travesía en ese momento.
Ramón se presentó a las 13:30, puntual como un reloj. El coche, iba bastante sucio, lo que en parte ocultaba los bollaos y arañazos de la chapa. Se lo presenté a mis compañeros de travesía, Mareado y Dormilón. Me miraron al unísono con cara de “¿Tu estás tonto?”, porque dicho sea de paso, yo les había mentido piadosamente diciéndoles que estaba jubilado por “depresión”, pero a Ramón se le nota “algo”.
(continuará)
|