[Jadarvi]

Pues lo prometido es deuda, y encima me he cargado el borrador.. así que voy escribiendo a "vuelapluma", veamos qué sale:

Tras una larga e intensa sesión de interrogatorios en las que a los miembros del despacho de Borja de Simón se les había aplicado la Ley Antiterrorista, bordeando la legalidad, de modo que habían sido interrogados sin presencia de Abogados (aunque la mayoría lo eran y conocían perfectamente sus derechos) un ya no tan bien peinado Dicky Torras estaba repatingado en el sillón giratorio de su oficina, la americana colgando de una de las sillas destinadas a los visitantes, la corbata aflojada y desabrochado el botón del cuello de la camisa, un mechón rebelde había escapado de su impecable cabellera engominada y peinada hacia atrás, formando un rizo sobre su frente...

Estaba agotado tras casi 18 horas de trabajo sin parar, y ahora, con un vaso de whisky con hielo en una mano y un habano en la otra (ignorando la prohibición de fumar en edificios públicos) reflexionaba sobre la enorme operacion en la que estaba involucrado y las personas intervinientes en la misma, cual actores interpretando sus papeles en una intrincada y compleja obra de teatro.

Primero estaba Laxmi, cabeza visible de un imperio empresarial y financiero al que todas las evidencias señalaban como responsable de una enorme trama criminal involucrada en todo tipo de actividades ilegales, desde el tráfico de drogas hasta la piratería en aguas de Somalia y venta de armas a regímenes de dudosa catadura moral. Habían descubierto su implicación por casualidad, una funcionaria de Hacienda, Inma - que además era la esposa de otro personaje que podía verse, si no lo estaba ya, inmerso en todo este lío, Joaquín, una especie de "jefe de espías" de la sección americana del Ministerio de Exteriores, Dicky jamás se tomó la molestia de averiguarlo - había visto una transferencia que no cuadraba en el extracto de cuenta de un conocido traficante de armas... y empezaron a tirar del hilo, hasta llegar a un pez gordo, gordísimo... Casualmente, ambos estaban ahora en aguas de Espalmador, con sus hijos ... y los agentes y miembros de las fuerzas especiales que estaban de incógnito habían visto como Martín y una bella mujer cuyos datos aún no tenían, habían estado a bordo del barco de Joaquín antes de que ambos fuesen a recoger las cosas de ella al Odin y trasladarlas al velero de Martín. Los micros direccionales no habían podido recoger la conversación, y Dicky se devanaba los sesos pensando acerca de qué podía haber tratado la misma.

Martín, otro enigma, buen conocido de Dicky, colaborador infatigable en la investigación, jugándose el tipo a diario durante los cuatro últimos años al integrarse en las empresas de Laxmi como consejero y asesor en materia medioambiental ... ¿Qué le movía? ¿Cuál era el motivo de su odio visceral a Laxmi y todo lo relacionado con él? Era algo que Dicky se había preguntado constantemente durante muchos meses, incluso años, hasta que una noche en París, cerca de la sede de la DGSE donde habían mantenido una reunión para acordar la estrategia a seguir por las fuerzas policiales y fiscalías de diversos países afectados por las actividades ilegales de Laxmi y sus cómplices; Dicky y Martín fueron a cenar... y luego, quizás fruto de una cierta relajación tras tomar algunas copas, Martín le contó su secreto:

Efectivamente, Martín era ingeniero, pero nunca había ejercido esa profesión ... tras algunos problemillas con la justicia francesa tras acabar sus estudios universitarios, aceptó un trato propuesto por la Fiscalía, en vez de acabar picando piedra en La Guayana, prestaria sus servicios a la DGSE y cualquier otra fuerza de seguridad francesa que lo requiriera. Se sometió a duros entrenamientos y formación adicional hasta convertirse en un formidable agente que conseguía parecer inofensivo tras su apariencia de encantador académico aficionado a navegar a vela (una combinación que muchas mujeres habían encontrado irresistible) ... y con un objetivo final que había revelado por primera vez a otra persona esa misma noche: Destruir a Laxmi y todo lo que tuviera que ver con él.

El motivo de ese odio era algo parecido a una vendetta, pero en versión marsellesa... Martín era nieto de un poderoso hombre de negocios (legales y no tan legales) marsellés, Jean Leclerq, que había desaparecido misteriosamente en el mar cuando realizaba una travesía hacia las isla griegas en su yate (un precioso Bennetti clásico de 55 m de eslora). El motivo oficial que se dio a su desaparición fue el del suicidio al que se vio abocado por un tremendo revés en sus negocios, pero la realidad era otra... el padre de Laxmi lo había hecho ejecutar debido a una fuerte "divergencia de opiniones" respecto a un oscuro asunto de tráfico de CETMES entre España y Argelia.

¿Cómo habiá podido, entonces, Martín infiltrarse en el entorno de Laxmi sin despertar la más mínima sospecha? Pues por algo tan sencillo como que era hijo ilegítimo de la Mireille Leclerc, la hija menor de Jean, y para evitar el escándalo que en esa época hubiera causado el hecho de que alguien tan encumbrado socialmente hubiese tenido un hijo extramarital, la crianza de Martín fue confiada a un amigo español de Monsieur Leclerc, que le dio sus apellidos y le educó como si fuese su propio hijo, siéndole desvelada a Martín su auténtica identidad por un Notario que le citó para la lectura del testamento de su madre... en ese acto Martín no sólo conoció su origen, sino que adquirió una importante fortuna personal que no bastó para evitarle el dolor y la confusión que le causó tal noticia. Una confusión que llevó a un Martín de 24 años, recién graduado en Ingeniería Agrónoma, a sumergirse en una bacanal de juergas, alcohol, mujeres y malas amistades, que desembocaron unos pocos años después en el ya mencionado tropiezo con la Sûreté y la Fiscalía francesas... y su desembarco en la DGSE, donde trabajó en multitud de casos.

Con motivo de su intervención para desbaratar una operación de tráfico de drogas, Martín disparó e hirió a un sicario colombiano, que resultó estar vinculado a la operación ilegal de Laxmi. Martín, pasándose ciertas normas por alto (como era costumbre más o menos extendida entre ciertos cuerpos policiales de élite), en vez de detener al sicario, lo encerró en un sótano y se dedicó a exprimirle durante días, hasta que le dio toda la información acerca del caso en el que estaba trabajando... pero le contó algo más, le dijo que sabía quién era ... y le reveló la verdad acerca de la muerte de su abuelo, Jean Leclerc.

Martín, así, obtuvo una ingente cantidad de información acerca de Laxmi y sus empresas... pero no comunicó nada a sus superiores ante el temor de que el asunto pudiera ser enterrado gracias a las enormes influencias políticas de las que gozaban Laxmi y sus socios.

Pero cuando supo de la investigación iniciada desde España por Dicky, se ofreció voluntario para infiltrarse en el grupo empresarial de Laxmi... y tan bien lo hizo que había llegado a formar parte de su círculo de más íntima confianza, aportando cantidades enormes de información y pruebas.

Y ahora, Martín, cargado de odio y fría cólera, estaba en escena, con una bella mujer aparentemente inocente, y negándose a abandonar un campo cada hora más peligroso, porque quería asegurarse de ver morir a Laxmi, sin importarle daño colateral alguno. (lo que no sabía Dicky era lo importante que en horas Clara había llegado a ser para Martín, una importancia de la que probablemente él mismo no era consciente... aunque eso es algo que tendría que decirnos él, pues pertenece a su esfera más íntima, tan íntima que nadie tendría acceso a ella).

Por otra parte, los observadores de las fuerzas especiales, habían reportado la presencia de un tipo peligroso, indeseable y escurridizo, que estaba involucrado en un turbio negocio de venta de misiles a Irán en el que era socio de Laxmi, un tal Zaitsev, que había sido visto primero en la villa de la playa y luego a bordo del impresionante barco de Laxmi, el Antillana. La presencia de ese tipo nunca era buena noticia, primero porque era conocido por su falta de conciencia y haberse cargado a más de uno de sus socios, segundo porque siempre iba acompañado de una imponente fuerza de "guardaespaldas" (todos ellos antiguos Spetnatz, sin escrúpulos y con un mínimo de 10 muertes confirmadas en combate), una complicación añadida para las fuerzas de asalto que iban ocupando sin prisa pero sin pausa sus posiciones de ataque.

Efectivamente, se estaba preparando un tremendo ataque a todos los niveles ... a nivel judicial ya había empezado, con la detención de "Borjita" y sus empleados sin permitir que ni la más mínima noticia trascendiese a los medios.

A nivel financiero se estaba preparando la trampa, se había detectado una progresiva disminución de la liquidez de Laxmi, y se sabía que estaba retrasado en sus pagos. A ello había contribuido el incidente de Sudamérica en el que había desaparecido Sebastián, el novio de Vanessa, sin que se supiera si había sobrevivido por el momento. La idea era congelar simultáneamente todos los activos y cuentas bancarias de todas las empresas vinculadas a Laxmi, incluso la Fundación Humanitaria cuya cara visible era su hermana, con el fin de provocar una situación de impago generalizado que desatase el pánico entre sus socios y cómplices, incluido Zaitsev ... de hecho, ya se había iniciado parte de la operación, haciendo que una transferencia de 100 millones de dólares a una empresa vinculada a ciertos generales rusos amigos de este último no hubiera podido ser completada un par de días antes.

Dicky, en contacto con Fiscalías, Jueces y Policías de medio mundo, y coordinando toda la operación sabía que estaba jugando con fuego, y a pesar de la enorme tensión estaba disfrutando con un juego de poder que pondría aquellos niñatos de colegio pijo, que antaño se burlaban de él por ser pobre, a sus pies... si todo salía bien; porque el menor error podía acabar con el propio Dicky en la cárcel por delitos tan extraños como prevaricación, abuso de poder, etc... por violar las garantías constitucionales de gente que él consideraba no tenían el menor derecho a disfrutar de ellas, gente que mataba, torturaba, vendía a personas, arruinaba su salud y sus vidas para luego embarcarse en maravillosos yates como el Aitana, o tener increíbles mansiones y amantes de todo tipo...

El hecho es que, si fallaba, la maquinaria creada por esta gente le destruiría sin piedad... Dicky no sólo luchaba por lo que él creía la justicia, ahora estaba jugándose literalmente el pellejo.

Por último; había una tercera vía de ataque, había que tomar al asalto simultáneamente la casa de Espalmador, el Antillana y la sede del Grupo de Empresas Reig. Para ello había un destacamento de GEOS listo en Madrid, otro destacamento de GEOS de "incógnito" en Espalmador (donde la abundancia de tiarrones con bermudas, polos, riñoneras, cabello cortado a rape y gafas de espejo estaba empezando a llamar la atención) y, por último, tras el horizonte visual del Antillana estaba esperando un buque de asalto "Stealth" de la Armada estadounidense (invisible al radar), cargado con unidades de infantería de marina españolas, francesas y yankis que deberían de lanzar su ataque en plena noche y embarcados en minisubmarinos de alta velocidad para eludir los sofisticados sistemas de vigilancia electrónica del Antillana... además de un par de helicópteros de ataque Comanche que esperaban en un hangar del Aeropuerto de Ibiza a fin de dar apoyo aéreo a la operación.

Pero todo esto era inútil si no se tenía en cuenta a Vanessa... y Dicky la tenía en cuenta por dos motivos.

El primer motivo es que, a pesar de su vida de mujeriego y el resentimiento que albergaba hacia Laxmi y otros componentes de su clase social, Dicky estaba perdidamente enamorado de Vanessa desde que era un chiquillo, desde que la conoció én casa de sus padres en una fiesta de cumpleaños a la que fue invitado por Laxmi. Esa pasión le consumía, y le llevaba a querer protegerla a toda costa hasta el punto de que, ocurriese lo que ocurriese, era consciente de que en todo este asunto debía de proteger la vida de Laxmi pues nunca le perdonaría Vanessa a Dicky que a su hermano le ocurriese algo en una operación dirigida por él. En este sentido, había dado órdenes expresas de que, una vez iniciado el ataque, Laxmi fuera protegido incluso a distancia y que cualquiera que intentase poner en peligro su integridad física fuese abatido... ese "cualquiera" incluía expresamente a Martín, sólo por si su odio le llevase a intentar eliminar a Laxmi aprovechando la confusión del ataque. Ese "cualquiera" posiblemente haría que, una vez iniciado el ataque, las fuerzas especiales tirasen a matar contra Zaitsev y su gente, algo sin duda molesto pr cuanto éste disponía de información valiasísima ... pero no tan valiosa para Dicky como la hermana de Laxmi.

Por otra parte, su enamoramiento le llevaba a querer asegurar la felicidad, o al menos el bienestar de Vanessa a toda costa, y ello incluía el haber dado órdenes de acelerar la búsqueda de Sebastián, vivo o muerto, con la idea de acabar con la incertidumbre y pesar de la chica por no saber nada acerca de su paradero, incertudumbre y pesar de los que había tenido conocimiento a través de las transcripciones provenientes de la intervención de su teléfono móvil, correo electrónico y grabaciones recogidas mediante micrófonos en la casa de Espalmador. Secretamente, Dicky deseaba que Sebastián hubiera tenido el detalle de dejarse aplastar por el corrimiento de tierras, reservándole el papel de antiguo amigo que se acerca a brindar consuelo, y algo más, a la dama afligida.

Aún así, Laxmi todavía podía eludir el cerco, pues para que la operación funcionase, debía de carecer de toda liquidez, con el fin de provocar el caos en todas sus operaciones y exponer a todos sus cómplices. De otro modo, aunque se descabezase a la banda criminal y se enviase a Laxmi y unos cuantos más a la cárcel de por vida, la organización podría rehacerse y seguir adelante a las órdenes de algún socio aún sin identificar.

Y Laxmi tenía acceso a una enorme reserva de liquidez, ajena a sus empresas, ajena a la fundación, ajena a la caja de cualquiera de sus socios y cómplices conocidos, incluso ajena a los bancos con los que trabajaba....

(continúa en el siguiente post)