Una cervecita y te cuento mi experiencia con esos puertos, y te advierto que yo también soy murciano y de un puerto cercano (es decir, que conozco el percal):
Villa de San Pedro.- Hace dos veranos, a unas 8 millas me quedé sin motor

debido a una avería de la bomba de agua (por cierto luego le daré un consejito al que pregunta por la del Yanmar 3GM) y decidí entrar en ese puerto. En las proximidades solicité ayuda para ser remolcado y poder reparar el motor sin que me dieran respuesta (ni por radio ni por teléfono). Ya en la bocana repetí la llamada y me respondió un marinero diciendome que no podía hacer nada por mi (- que basta con que saques la neumática y me remolques hasta un punto o pantalán de espera -, - que nada que no puedo -). Es cierto que eran las 16 horas y es posible que por cambio de turno andaran escasos de personal.
Pues vale hombre, arrio el foque y entro con la mayor gobernando por todo el puerto como podía.
Al pasar junto a la gasolinera (al lado del Kalima que tienes en la foto y que desde hace años esta ahí) me dice que "pare" en la misma gasolinera

, ¡claro como si yo pudiera parar con el barco a vela y enmedio del puerto donde me diera la gana! (creo que el muchacho de barcos a vela no sabía mucho). Así que fuí contra un muro que utilizan los pescadores (siempre es mas barato reparar la pintura de uno de esos barcos de pesca de madera que el agujero que podía hacerle a cualquier otro o al mio) donde un chaval con una tabla de surf bajo el brazo (por cierto madrileño) me ayudó a frenar y atracar el barco y allí lo dejé hasta que lo reparé varias horas después y solicité punto en el Villa de San Pedro para esa noche, que me dieron sin ningún comentario ni excusa.
Marina las Salinas.- El año pasado haciendo la misma travesía del año anterior y por cambiar de sitio me dirigí a ese puerto (están pegados los dos puertos). A pesar de que ese puerto (nuevo y muy bonito) está seriamente afectado por la crisis y medio vacío, no me dieron punto. Decidí entrar y cuando ya tenía el barco parado en una de las puntas de sus pantales aparece un señor (marinero o contramaestre o lo que sea) gritando totalmente totalmente desbocado porque era en la punta del siguiente pantalán donde debía haber atracado. Con las mismas avancé unos 20 metros y me quedé donde me indicaba, entre otras cosas porque no había nadie más, ni donde él quería que me quedara ni tampoco donde quería yo. Pagué religiosamente como si fuera un punto de verdad aguantando además el careto del mencionado individuo.
El único que no conozco es el Turkana, lo visitaré la próxima vez; entre otras cosas porque seguro que cuando lean esto no me dejan acercarme a los otros dos.
Querido amigo, a mi tampoco me parecen muy acogedores estos chicos de San Pedro. La próxima vez entra en alguno de los Puertos de Mar Menor y verás la diferencia, claro que en ese caso tendrás el pequeño inconveniente de esperar a que levanten el puente, cosa que en los últimos tiempos nunca se sabe cuando ocurrirá.