Enhorabuena a ambos por el feliz desenlace. El barco tiene una pinta estupenda, seguro que os dará muchas satisfacciones.
A veces aquello de que dios escribe derecho con renglones torcidos se cumple a la perfección. Que lo disfrutéis mucho muchos años.
Por cierto, veo que el síndrome de Onassis de Merluzzo (por cierto ¿Ande andas?) es altamente contagioso. A algunos habrá que dejarlos en cuarentena, no vayai a ser que extiendan el mal a toda la población
