
20-10-2010, 16:27
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Capitán pirata
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Re: Os dedico un relato
Pues vale, a epilogar se ha dicho.
Encerrado en el diminuto camarote de proa, Laxmi cambió sus ropas oscuras por las prendas que Inma le había dado: una camisa de cuadros con el cuello quemado por el roce de una barba potente y unos pantalones cortos, procedentes del reciclado de unos viejos blue jeans, que dejaban caer de sus perneras la trama deshilachada.
Era ropa vieja y deslucida, pero le sorprendió el delicioso olor a limpieza que desprendía. Mentalmente agotado como estaba, su mente divagó sin control durante unos momentos, y fue como si alguna cosa muy profunda, su alma o algo así, le dejara un mensaje en el nivel de la consciencia. Aquella ropa vieja desprendía, junto al olor delicado del suavizante, un inconfundible hálito de amor. Sintió una sincera envidia, a la vez que un hondo respeto, por el hombre que vestía aquellos trapos habitualmente.
Paseó la mirada por el escueto entorno de la cabina buscando un lugar seguro pero accesible en el que esconder el revólver. Antes de meterlo en una de las guanteras extrajo el tambor e inspeccionó los cartuchos. Sólo quedaba uno por disparar. ¿Cómo era posible? Había disparado tres veces: dos a Lapin y una, por error, a Mei-Mei. El revólver tenía cinco balas, luego debían quedar dos en vez de una. Dudó, sorprendido, unos segundos antes de recordar que el S&W pertenecía a Vanessa y que ella, poco amante de las armas y muy preocupada por la seguridad, siempre ponía un cartucho quemado en el que se apoyase el percutor, de modo que no pudiera producirse un disparo accidental a causa de un golpe fortuito. He aquí que Vanessa conseguía influir en su futuro aún estando tan lejos.
Una sola bala no servía más que para suicidarse, así que abrió la escotilla y arrojó el arma al agua con un gesto decidido. ¡A la mierda todo! Laxmi Reig no necesitó nunca empuñar personalmente las armas. Siempre había alguien dispuesto a hacerlo por él a cambio de un poco de dinero. Y, tarde o temprano, las cosas volverían a ser lo que habían sido.
Respiró hondo, compuso una sonrisa lobuna y salió del camarote.
Inma estaba ostensiblemente nerviosa y visiblemente preocupada por ocultarlo. Laxmi sólo se permitió una discreta mirada de exploración, la suficiente para constatar que se trataba de una mujer espléndida, y trató de no hacerle más difícil la situación.
-“Muchas gracias, Inma. Esta ropa es comodísima y huele muy bien. Lamento decirte que voy a ser de poca ayuda para gobernar este barco. Para mí la navegación es como la cocina o la música: la disfruto mucho, pero soy incapaz de interpretarla, así que estoy totalmente a tus órdenes”
Observó cómo Inma pestañeaba un par de veces, sorprendida. Touchée, pensó. He dado con la vía de acceso a esta real hembra.
Ciertamente, las cosas volverían pronto a su cauce, porque todo seguía más o menos igual que siempre.
Vaya baño de estilo "best seller" que nos hemos pegado! 
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