Re: Por la emancipación de lo sofisticado.
Inconmensurable Prometeo
A mí, que un relé me suena a condimento culinario; un cigüeñal a aves migratorias; con una biela sólo se me ocurriría hacer abdominales y soy capaz de fondear en un puerto usb; conservo todavía una añoranza romántica de la navegación que, en ocasiones, me anega.
Sin embargo, confieso que en más de una ocasión he sido infiel al mencionado romanticismo cuando a las 3 de la madrugada han tocado corneta para una guardia solitaria, lluviosa y cántabra y en lugar de pertrecharme de capas de lana y traje de aguas para hacerme con la caña, he cumplido mi misión en manga corta al mando de un joy stick mientras afuera arreciaba.
Podría enumerar unas cuantas ocasiones más en las que he vuelto a pecar, y no por ello voy a entonar el mea culpa. Saber aprovechar lo que nos brinda la vida, o la tecnología en este caso, no me hace sentir culpable y sigo pensando que la mixtura del ayer con aderezos del presente no tiene por qué capar nuestra capacidad para disfrutar.
P.D. En vista de que la tecnología láser no disipa las sombras que en mi rostro ha vislumbrado, he pedido hora al barbero.
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