Salud y saludos a todos

Intentemos imaginar a un marino de los años en que los vapores comenzaban a aparecer por los puertos: seguramente despotricaría contra esos armatostes, falibles, ruidosos, sucios... alabando a un tiempo las bondades de un velero puro, con sus velas de algodón, su silencio, su pureza...la posibilidad de reparar y enmendar y remendar lo que fuere necesario, sin depender de un motor endiablado y técnicamente irreparable en alta mar, dada su complejidad y (avant la lettre) su "tecnología".
Años después podemos imaginar a un marino de los años en los que los vapores estaban consolidados, discutiendo sobre las bondades del vapor frente a los más modernos motores de gasolina, puesto que aquéllos utilizan cabón, madera... combustibles faciles de encontrar en cualquier puerto y lugar, no así el gasoil, que sólo los modernos puertos de los modernos paises que tienen modernas refinerías pueden suministrarnos. Además, un vapor tiene una mecánica simple y fiable, al contrario que esos modernos motores con esa (avant la lettre) "tecnología" complicada de dinamos, condensadores, bujías, platinos y carburadores... que si te rompen en mitad de la mar estás totalmente en manos del Altísimo..
Años más tarde ese marino nos recuerda el fácil mantenimiento de los motores diesel de hace unos años, de su robustez, de su romántico traqueteo... frente a los modernos intraborda, de reducido peso, de altísima "tecnología" (primitiva a la vuelta de un par de lustros), con chips, centralitas, inyectores de última generación, culata de aluminio... que si se te "jode" lejos del puerto lo tienes crudo para ponerlo a funcionar de nuevo...
Imaginemos estas mismas situaciones hablando de las bondades del astrolabio frente al sextante, de las cartas de papel frente a los cartuchos de mapas, del caldero de toda la vida frente al wc de bombeo, de las velas de dacron frente a las laminadas... de la quilla corrida frente a la orza de bulbo en plomo,...
¿Se trata en realidad de una diferencicación objetiva e indiscutible sobre lo que nos hace dependientes o independientes al navegar, o de una posición subjetiva frente a los recursos tecnológicos a nuestro alcance en cada momento, que, por una parte nos restan independencia , al menos aparentemente, pero por otra nos dan seguridad , al menos aparentemente?
¿ Navegamos buscando satisfacer un estado de ánimo anhelado, una suerte de relación con el mundo en la que debemos sentirnos
relativamente autosuficientes, de modo que los recursos que usemos para ello se nos presenten como no-excesivos, como (subjetivamente) simples,
emancipantes, ... (un gps de bolsillo puede plantearse como algo muy poco tecnológico o como algo que lo es en grado sumo)...?
La emancipación al navegar puede que sea un estado de ánimo que se siente cuando uno cree que navega sin necesidad de servirse de todos los recursos tecnológicos que en ese momento están a su disposición.
Pero que nada tiene que ver en realidad con la "tecnología" que de hecho se emplee al navegar. Tiene que ver, quizás, con un acercamiento romántico a esta actividad. El espíritu romántico no pretende comprender el mundo. Intenta sentirlo intensa y apasionadamente.
