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Antiguo 24-10-2010, 02:13
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Prometeo Prometeo esta desconectado
Hermano de la costa
 
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Predeterminado Re: Por la emancipación de lo sofisticado.

He tenido ocasión de releer las ultimas intervenciones y sinceramente pienso que todas tienen mucha mas calidad que mis textos atropellados. Las referencias que se citan, los cuidados argumentos, me indican que detrás de ese apodo o nick, hay profesores y marinos eruditos repletos de experiencias.

Y si me permite otro atrevimiento el señor Hopetos Después de ser tan superficial y poco cuidadoso en el tratamiento del pasado según el romanticismo que no tiene disculpa aún a pesar del poco tiempo y el ansía de ser cortés y contestar en la medida de lo posible a todos. El hecho de que use el nombre del mito para mi velero y también como nick es un homenaje, como lo fueron algunos de mis travesías que tenían como fin, dar a conocer las figuras de algunos navegantes de la antigüedad. No pretendo tal honor para mi ni mucho menos. Si acaso me imagino como Pigmaleon y su Galatea.
He conocido muchos marinos. Dentro de mi familia donde ha habido marinos mercantes y del sector de la pesca, no todos han entendido mi dedicación. Cada uno ve el mar a su manera. Algunos están deseando buscar un trabajo en tierra y no me extraña, los comprendo muy bien. Otros como mi viejo Pancho, trabajó en el mar toda la vida y ya jubilado cuando volvía a salir al mar, parecía un comanche en su pradera, un Yanomami en su selva. Enfermo de cáncer, a las puertas de la muerte, quiso acompañarme a traer el Prometeo desde el Mediterráneo. Comimos con nuestras familias en navidad y salimos disparados para poder llegar a tiempo a Galicia antes de Reyes. Pasamos las doce campanadas ciñendo en el Estrecho. Las poblaciones de la costa celebraban con fuegos artificiales una noche tan señalada. Como aquella otra noche de fin de año en Cabo San Vicente de ruta al Caribe, - que casualidad- nos sentimos unos privilegiados. Pasando frío, en regata con una baja que nos había anunciado Rafael y que después nos zumbó en la costa portuguesa. Aquel hombre enfermo debería de estar en su casa, rodeado por su familia, con una manta sobre sus piernas, pero el quería estar allí. Por primera vez hablamos claramente de su enfermedad, siempre lo había engañado o el nos había engañado a todos haciéndonos pensar que no sabía nada. Me dijo que el mar le había dado mucho sufrimiento, pero también le había otorgado la emoción de un buen lance tan intensa como encontrar un tesoro, tan apasionante como sentir como se conjuran el mar, el viento y el barco para hacerte volar. Es evidente que Pancho no sentía como otras personas. El mar era su Galatea, la fuerza de su imaginación que daba vida a alto totalmente distinto a la manera de verlo por los demás. Una creación de su mente que tomaba vida propia alimentando las ganas de vivir de él mismo. Un ente imaginario cobrando vida por culpa de su portentosa sensibilidad.

Porque tan importante como lo vivido es lo imaginado o contado. Tan importante como una gesta es su crónica. Nunca diga usted que no puede aportar nada. Montones de vocaciones se han forjado por culpa de la literatura. Creo firmemente en que la imaginación como impulso fundamental del crecimiento humano. Con la imaginación, con la visualización incluso entrenan los deportistas de élite. Por culpa, o gracias a la imaginación se han alcanzado las mayores empresas. No creo que sea usted un Marcel Proust describiendo la vida social parisina desde su buhardilla. ha descrito sentimientos que solo aprecian con la experiencia y como profesor usted bien sabe que enseñando también se aprende. Es cierto que hasta ahora corrían tiempos en los que dictaminaban tenían escasa práctica sobre la vida real, pero también es cierto que hay que prestigiar el estamento académico, por la misma razón que defiendo los símbolos sobre todo ahora que el conocimiento se ha universalizado pero también vulgarizado.

Lo mismo que es importante en la ciencia la labor de divulgación, es importante la labor de quien aún sin tener la experiencia de Pancho, no renuncia a su pasión por sentir, soñar, imaginar, contar, enseñar como usted hace. Al citarlo en una entrada anterior me viene a la mente un suceso de la vida de Luís Camoens, cuando se embarco en Macao con todos sus bienes, con destino a Goa. Una noche cuando la nave iba a entrar en el Golfo de Siam, una violenta tempestad, arrojó el barco contra la costa y lo hizo pedazos. En los momentos de pánico que precedieron al tremendo choque, el poeta no pensó en sus bienes, se preocupó de salvar, a la vez que su vida, lo que juzgaba su mayor tesoro, el manuscrito de “Los Lusiadas”, y llevándolo en alto, nado hacia la costa y logó salvarse y salvarlo.

Aquélla elección, fue la causa del sórdido fin de su protagonista, mas los legajos salvados, al servir para divulgar aquellas épicas gestas quinientistas fueron mil veces mas valiosos que el tesoro perdido aquella noche a la entrada del Golfo de Siam.

Editado por Prometeo en 24-10-2010 a las 02:45.
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