Segundo y último soneto a la duda de Choquero.
Lo va dejando mejor explicado
y veo que el motivo de tal quebranto
que arrancara de sus ojos el llanto
fue ver en cuadro a su navío amado.
Tendría que ser asunto de juzgado
que si se fía un bajel a dicho abanto
y lo devuelve así fuese reo al canto ...
y más que por robo por atentado.
Pero mucho extraña que con lo pillo
que es usted porque no nació ayer
haya podido pecar de pardillo
¿seguro que en la puerta del taller
no ponía rinconete y cortadillo?
es que si no no lo puedo creer ...
. . . aunque veo al parecer,
que en la otoñal quedada su enfado,
aunque no su arrufo, ya había menguado.
Saludos Maestro ... siento tanto desatino ... y no sigo con la rima que viene el Taber con las tijeras.
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Quiero vivir la vida aventurera
de los errantes pájaros marinos;
no tener, para ir a otra ribera,
la prosaica visión de los caminos.
Poder volar cuando la tarde muera ...
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