El gran problema de hoy en día, es que hemos sustituido las experiencias reales por las virtuales. Hemos cambiado el verdadero amor por el enamoramiento.
No queremos someternos a la tiranía de la realidad, pero en realidad estamos tiranizando al otro enamorado. Lo obligamos a representar un rol que tenemos idealizado y nosotros también actuamos de forma reactiva para fingir e interpretar.. El verdadero amor, al otro y a la vida, empieza por la aceptación de los defectos del otro sin idealizarlo. Solo así se da la conciencia propia el verdadero amor y la plenitud.
Pero esta vida acelerada, obligatoriamente nos ha hecho superficiales: Creemos en la media naranja, en alguien que nos acepte con el paquete completo sin cambiar nada y como frecuentemente no nos gusta la realidad y somos unos hedonistas siempre corriendo, siempre con prisa -como el conejo de Alicia en el país de las Maravillas- pensamos que la vida de verdad, se trata de ver colores en una pantalla como las sombras de Platón y cambiar de canal cuando nos aburrimos, dejándonos poseer por lo virtual para convertirnos en hikikomoris.
http://es.wikipedia.org/wiki/Hikikomori